La Habana (PL).- Es muy probable que usted lea estas líneas varios días después de que Cristiano Ronaldo recibiera su quinto Balón de Oro el pasado jueves siete de diciembre, sin embargo, las palabras que vienen a continuación las escribí mucho antes de ese momento.
Así de aburrido se ha convertido la entrega del galardón que reconoce al mejor futbolista de la temporada. Pero, ¿realmente es así?
Lo que no deja lugar a dudas es su condición de premio más polémico que se otorga en el más universal de los deportes.
Y esa característica se acentuó cuando, tras el abrazo en 2010 entre la FIFA y la revista France Football para unificar la distinción, hace par de años ambas partes firmaron el divorcio a causa de las crecientes disyuntivas alrededor del ganador.
Sin embargo, el organismo rector del fútbol mundial creó una nueva variante: The Best, una condecoración en el que participan todos los sectores.
La mitad de los votos se reparte entre el público y la prensa especializada, mientras el resto lo deciden capitanes y directores técnicos de las selecciones nacionales afiliadas a la FIFA.
La prestigiosa revista francesa, por su parte, retomó la fórmula con la que comenzó esta tradición en 1956, aunque modificó algunos estatutos para dotar de más justeza la designación.
En 2017, un total de 130 reporteros de todo el planeta tomaron la decisión que recayó sobre la figura del aclamado CR7.
¿Legal? Sí. ¿Justo? No. Porque aunque no existan objeciones en que Cristiano y Messi constituyen los mejores jugadores de la última década, el objetivo debe ser el reconocimiento para el jugador más sobresaliente de la temporada, no solo por su presencia mediática o espectacularidad, tal como sucede con el argentino y el portugués.
Luego de que el brasileño Kaká obtuviera el ansiado lauro en 2007 y comenzara la hegemonía del goleador blanco y el azulgrana, en varias ocasiones la elección final ha sido materia prima para nutrir las más sonadas polémicas.
Uno de los nombramientos más injustos que se recuerdan fue en 2010, cuando Messi fue seleccionado por encima de sus compañeros del Barcelona, Xavi e Iniesta, ambos flamantes campeones mundiales con España.
Asimismo, ni siquiera se incluyó en el Top 3 al holandés Wesley Sneijder, quien además de protagonizar un mundial fantástico, en el cual llevó a su país a la final con cinco goles, había ganado la Champions con el Inter de Milán esa misma campaña, además de haber conquistado la Liga y la Copa de Italia.
De igual forma, podemos referirnos a la edición de 2013, cuando el francés Franck Ribéry fue marginado del trofeo a pesar de haber liderado al Bayern Múnich a su quinta corona continental, con triplete incluido.
Algo parecido sucedió en 2016, año en que el también galo Antoine Griezmann escaló al estrellato con sus goles y destreza, pero le faltó ganar el partido «bueno», tanto con el Atlético de Madrid como con su selección nacional.
En el presente curso apareció una vez más la controversia.
El número siete del Real Madrid obtuvo el galardón bajo el argumento -al decir de la mayoría- del duodécimo cetro europeo que conquistara su club en la final celebrada en Cardiff, Gales.
Sí, Ronaldo fue pieza clave para los suyos en los últimos partidos de esa competición, pero ¿fue el mejor jugador de los doce meses? No lo creo.
El exdelantero del Manchester United inglés apenas jugó con su equipo en los primeros meses del año, además de exhibir un rendimiento muy bajo en la competición doméstica española.
Estos resultados solo fueron superados en inferioridad por lo hecho en lo que va de campaña 2017-2018.
Precisamente, esta última etapa también cuenta a la hora de realziar la votación, aunque parece que nadie lo considera como tal.
Este era un año, por ejemplo, donde podría haberse reconocido la extraordinaria obra de un portero como Gianluigi Buffon.
El italiano, a menos de dos meses de cumplir 40 años, todavía es uno de los mejores del planeta en su posición, si bien ya tiene ganado un lugar entre los más destacados de todos los tiempos bajo los tres palos.
Pero el mundo del fútbol no le perdonó a «Gigi» el haber perdido la final de la Champions frente a los de la capital española, como tampoco lo hará con la eliminación de su país del próximo mundial.
Por supuesto, usted no tiene por qué pensar igual que yo. En esto influye muchísimo la preferencia de cada cual en este universo futbolístico cada vez más bipolar: Barcelona y Real Madrid; Messi y Ronaldo.
Antes de finalizar le dejo con una joyita del propio goleador histórico de la Champions y actual «Ballon d’Or». El 13 de octubre de 2015, cuando recibió el premio al máximo goleador de ese curso y el 10 barcelonista tenía todas las papeletas para levantar el otro trofeo verdaderamente codiciado, Cristiano declaró: «prefiero ganar una Bota de oro a un Balón de oro, porque la Bota se gana con goles y no con votos».
¿Es justa la selección de Balón de Oro?
Por Raúl Alejandro del Pino Salfrán