Ramallah, 10 dic (PL) La represión desmedida de las tropas israelíes en los territorios ocupados junto al rechazo internacional al reconocimiento por Estados Unidos de Jerusalén como capital de ese país marcan la jornada de hoy, quinta de protestas contra esa decisión.
Por lo menos cinco personas han muerto, la mayoría en la franja de Gaza por disparos de soldados israelíes desde fuera de la cerca que limita ese territorio, sometido a un bloqueo por aire, mar y tierra desde hace más de siete años.
Los heridos ascienden a mil 250, asegura hoy un comunicado del Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina, cuyo presidente, Mahmoud Abbas, desestimó horas atrás a Washington como mediador válido para las negociaciones de paz con Tel Aviv.
Por lo menos 150 de los heridos fueron alcanzados por munición de guerra, lo que desmiente alegaciones de Tel Aviv de que emplea medios no letales en los choques con manifestantes airados, los cuales responden con piedras a los disparos de los soldados.
Los puntos focales de las manifestaciones son las ciudades de Belén, Hebrón y en Jerusalén, Al Quds para los musulmanes, donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, Masjad Al Aqsa, en árabe, uno de los tres lugares más sagrados del Islam junto a sus similares de Meca y Medina, en Arabia Saudita.
La Liga Arabe (LPA), cuya sede central está en El Cairo, la capital egipcia, pidió al presidente Donald Trump que revoque su anuncio, que calificó de «vacío e ilegal» en el comunicado final de la reunión extraordinaria de cancilleres convocada para analizar la medida, anunciada el miércoles pasado en Washington.
Rechazamos la decisión (…) que constituye una peligrosa violación de la legalidad internacional, las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General, dice el texto el cual añade que «carece de efecto legal, restringe los esfuerzos para lograr la paz, profundiza las tensiones, enciende la ira y amenaza con sumergir a toda la región en más caos…».
La violencia generalizada en los territorios movió el Papa Francisco a emitir un comunicado a través de la Sala de Prensa del Vaticano en el que pide «evitar la espiral de violencia en un momento de particular gravedad en el Medio Oriente».
Asimismo expresa «el dolor (…) por los choques de los últimos días» y «renueva su pedido a la sabiduría y a la prudencia de todos y eleva sus fervientes oraciones para que los responsable de las naciones (…) se comprometan a evitar un nuevo espiral de violencia».
Horas atrás el Gran Imán de la mezquita de Al Azhar, prestigiosa entidad académica del Islam sunita, garantizó su apoyo a los palestinos de los territorios ocupados si realizan una intifada (sublevación, en árabe)contra la ocupación.
Las protestas abarcaron a otros países árabes, a saber Egipto, Jordania, cuyo monarca es custodio de los lugares santos islámicos de Jerusalén, y El Líbano, donde el Mando del Ejército emitió un inusual comunicado en el cual exhorta a la población a manifestarse en todo el país contra la medida estadounidense.
Marchas similares se reportaron en estados de mayoría musulmana, entre ellos Indonesia y Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, acusó a Israel de ser «un Estado terrorista y opresor».