Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 17 dic (PL) La polarización de la sociedad hizo su primera aparición, luego de hacerse inminente el triunfo de Sebastián Piñera, el ex mandatario conservador que volverá al Palacio de La Moneda en Chile.
Pero lo cierto es que el magnate de la derecha sorprendió, esta vez de manera favorable a sus intereses, al imponerse en lugares estratégicos como Santiago y beneficiarse de un abstencionismo aún mayor que en la primera vuelta.
El Servicio Electoral (Servel) declaró oficialmente que Sebastián Piñera es el presidente de Chile, tras el cómputo del 91,72 por ciento de los votos, que incluye la derrota irreversible de su rival de centroizquierda Alejandro Guillier.
Guillier, senador independiente blindado por la coalición de Gobierno Nueva Mayoría, perdió Antofagasta, la región por la cual es legislador y la diferencia es ahora de 45,47% por 54,53 el ganador.
En principio, se cree que acudieron a las urnas menos de 6,5 millones de ciudadanos con derecho al sufragio, es decir apenas el 45 por ciento de las personas con derecho a hacerlo. El abstencionismo le pasó factura al legislador.
Pero también, una campaña de la derecha que logró arropar a su candidato y captar la atención de un segmento centrista no convencido con el otro contendor, además del papel ambiguo del Frente Amplio (FA).
Las huestes de Piñera celebran la victoria desde hace unas horas, mientras las caras largas y pesadumbre dominan el ambiente en el equipo de Guillier.
La abstención, en principio de más de 100 mil personas en comparación con la primera vuelta, y la falta de consigna de apoyo general del Frente Amplio, son las primera razones que exponen analistas acerca del balotaje en Chile.
Varios pesos pesados de la izquierda, entre ellos los socialistas Isabel Allende Bussi, hija de Salvador Allende y senadora, y el ex ministro y embajador y ahora diputado, Marcelo Díaz, lamentaron el revés.
«Habrá que analizar, no me corresponde a mi exponer razones, pero sin dudas es un momento triste para la centroizquierda. Sin embargo, así son las reglas de juego en democracia, tendremos que trabajar para recuperar el terreno perdido», anotó Allende Bussi.
Algo hicimos mal y tendremos un período de reflexión, con la certeza de que estamos en la obligación de ponderar la unidad de la centroizquierda y el progresismo, comentó Díaz.