Naciones Unidas, 26 dic (PL) El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, basa el enfoque de su mandato en la prevención de conflictos, pero enfrenta hoy numerosos desafíos ante el aumento de las crisis en todo el mundo.
Según un reporte de prensa publicado por la ONU, el 2017 marcó un cambio en el liderazgo de la organización multilateral, cuando el diplomático portugués comenzó su gestión en un momento de grandes retos mundiales.
La crisis de refugiados de mayor crecimiento en el mundo se desarrolla en la frontera de Myanmar con Bangladesh, mientras la amenaza de la hambruna se cierne sobre Yemen, Sudán del Sur, Nigeria y Somalia.
Más de 600 mil rohinyás llegaron a Bangladesh huyendo de la violencia y los abusos a los que son sometidos y, según la ONU, la cifra seguirá aumentando si no cesan los ataques contra esa minoría musulmana.
En Yemen, 8,5 millones de personas están al borde de la hambruna más grande del planeta en los tiempos modernos: los sistemas de agua y saneamiento están casi destruidos y un mortal brote de cólera diezma a la población.
La crisis de los migrantes representa otro de los mayores desafíos para la ONU: casi 100 mil personas cruzaron el mar Mediterráneo en 2017 y de ellos, al menos tres mil murieron ahogados.
Muchos intentan huir de la pobreza y el conflicto en el África subsahariana, pero mueren en el intento o son víctimas de grupos criminales que hacen de su sufrimiento un negocio.
Según estadísticas de Naciones Unidas, alrededor de un millón de personas están esperando por un pasaje en Libia, atrapados en un ciclo interminable de abusos, explotación e incluso, esclavitud.
Este año también ocurrió el ataque más sangriento reportado en décadas contra las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU, en el cual 14 soldados de Tanzania perdieron la vida en la República Democrática del Congo.
En tanto, para el 2020 Naciones Unidas pretende duplicar el número de mujeres en las fuerzas de mantenimiento de paz, con el fin de ofrecerles más protección a ellas e implicarlas en la construcción de una mejor sociedad.
La ONU lanzó nuevas estrategias para acabar con la explotación sexual y su política actual está más comprometida con alcanzar la paridad de género.
Aún así, 130 millones de niñas de todo el planeta no van a la escuela y la discriminación afecta en la vida de cotidiana a millones de mujeres en cualquier continente.