La Habana (PL).- En 1995, Liberia celebró a viva voz: George Weah conquistó el Balón de Oro y marcó un hito en la historia del fútbol porque se convirtió, del día a la noche, en el primer jugador no europeo en ganar el prestigioso premio de la revista France Football. De hecho, hasta hoy ningún otro jugador africano logró alzar al trofeo, ni siquiera quedar en el podio de los tres finalistas, algo que le otorga mucha más relevancia a la hazaña de Weah, quien brilló con el París Saint Germain y el AC Milán por esas fechas.
Recordemos que antes de 1995, sin querer restarle mérito alguno al ariete liberiano, el trofeo estaba destinado exclusivamente a jugadores de Europa. Por esa razón jamás lo ganaron ni Pelé ni Maradona, por citar los ejemplos más llamativos.
Más allá del Balón de Oro, Weah ganó las Ligas de Francia e Italia con PSG y AC Milán, respectivamente, y la Copa FA de Inglaterra con Chelsea, además de ser considerado -según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol- el mejor jugador africano de todos los tiempos, por delante del camerunés Roger Milla y el ghanés Abédi Pelé.
Tras convertirse en ídolo mundial y héroe nacional, y al poco tiempo de decirle adiós al deporte, Weah enfocó su mirada hacia un nuevo y totalmente desconocido horizonte: ser presidente de Liberia, un país ubicado en la costa oeste de África y «fabricado» por Estados Unidos hace ya casi dos siglos.
No cabe duda, la popularidad que alcanzó durante su carrera como futbolista lo posicionó en un lugar privilegiado en el corazón de los liberianos y le abrió muchos caminos en los estratos políticos: la gente veía en él a alguien de confiar.
Sin embargo, pese a ser uno de los personajes públicos de mejor reputación en el país, en gran medida por las pasiones que despierta el fútbol en cada rincón del planeta, Weah perdió dos elecciones presidenciales, en 2005 y 2011.
Pero, como versa un añejo refrán, a la tercera va la vencida. Tras presentarse en los comicios de 2017, Weah salió airoso en la segunda ronda de las votaciones, para convertirse así en el vigésimo quinto presidente de Liberia.
Créanlo o no, esta es la historia de un hombre que nació en la oscuridad de un insalubre barrio de Monrovia, la capital de Liberia, y trabajó desde muy joven para ganarse la vida, entre señores de la guerra y pobreza extrema. Este funesto paisaje cambió cuando, por azares de la vida, descubrió sus habilidades excepcionales para jugar al balompié.
Ahora piensa en reducir las enormes e infranqueables brechas sociales, arremeter contra la corrupción imperante, mejorar las infraestructuras del país, combatir las huellas de la epidemia del ébola y encauzar la economía de una de las naciones más pobres y frágiles del mundo.
Un sueño de mil dimensiones, a todas luces irrealizable. Pero una vez, hace más de 20 años, Weah ya hizo realidad una quimera.
ARSENE WENGER, INVITADO ESPECIAL
Uno de los invitados especiales a la toma de posesión, será el entrenador del club Arsenal, el francés Arsene Wenger, por quien Weah siente un respeto infinito.
George (Weah) me invitó a la ceremonia de investidura a finales de este mes, enfatizó Wenger, antes de aclarar que por esos días pudiera estar ocupado por cuestiones de trabajo.
El técnico francés destacó que la vida de Weah es una película real, increíble.
Recuerdo que fui con George (Weah) a Liberia durante uno de los periodos de guerra, y ahí pude percatarme cuánto se interesa por su país, por su gente, enfatizó Wenger.
El avezado entrenador del Arsenal manifestó su deseo que «tenga una feliz presidencia. Me gustaría decir que este muchacho es un ejemplo para todos los que juegan fútbol».
Liberia estuvo azotada por dos guerras civiles (1989-1996 y 1999-2003).
Durante esos tiempos de señores de la guerra y total desconcierto social, perdieron la vida más de 150 mil personas y otros cientos de miles fueron desplazados de sus lugares de origen.
Más allá de discursos y promesas, mantener la paz será vital para el gobierno entrante.
Compañeros liberianos, siento profundamente la emoción de toda la nación. Mido la importancia y la responsabilidad de la inmensa tarea que abrazaré. El cambio está encendido, sentenció Weah en su cuenta personal de Twitter, tras conocer que había ganado las elecciones.