La Habana, 20 ene (PL) La soledad es uno de los fenómenos que hoy acecha con fuerza a la población europea y según recientes estudios, es tan perjudicial para la salud como fumar 15 cigarrillos al día.
Datos publicados el año último por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), revelan que más de un seis por ciento de los ciudadanos del continente no puede pedir ayuda a nadie o no tiene con quién hablar de sus problemas personales, lo que equivale a unas 30 millones de personas aisladas.
La encuesta demostró que la mayoría de esos individuos viven en grandes ciudades, y que el perfil más común es el de hombres solteros y de edad avanzada.
Países como Italia, Luxemburgo y Holanda ocuparon los primeros puestos en el sondeo sobre la soledad realizado por Eurostat.
En España, un estudio también señaló que muchos ciudadanos se sienten solos. «La mitad de la población española admite haber sentido, en algún momento, cierta sensación de soledad».
El tema ha sido tratado en diversas investigaciones, las cuales demostraron que la soledad no es solo un problema de desdicha, pues incide además, en la mortalidad.
Los expertos aseguran que está asociada con el deterioro de la salud mental y más sorprendentemente a enfermedades cardiovasculares, hipertensión y demencia.
Aunque no distingue edades, los más afectados son las personas mayores. Las estadísticas estiman que en Reino Unido, la mitad de los ancianos de 75 años viven solos, lo cual equivale a unos dos millones de personas.
Muchos de estos individuos aseguran que pasan días, incluso semanas, sin ningún tipo de interacción social.
El problema se torna tan inminente que la primera ministra británica, Theresa May, anunció esta semana la creación de un Ministerio de la Soledad en su país, donde se ven afectadas más de nueve millones de personas.
La iniciativa fue impulsada en un primer momento por la diputada Jo Cox, asesinada en junio de 2016 tras recibir varias puñaladas y disparos de un hombre relacionado con la ultraderecha.
Entre las acciones planeadas por Londres destaca el diseño de un método para medir la soledad y luego definir acciones en consecuencia.
Asimismo, May recordó la labor desempeñada por Cox para ayudar a los afectados e indicó que trabajará con los actores relacionados con el problema para crear una estrategia de gobierno.
«Ella reconoció la magnitud de la soledad en el país y dedicó su vida a hacer todo lo que podía para ayudar a los más necesitados», expresó la líder conservadora.
Como un contraste de las sociedades modernas, que se desarrollan en tiempos de la hiperconexión proporcionada por Internet y las redes sociales, la soledad se impone en Europa.
«Parece que las redes sociales proporcionan compañía pero es evidente que no, porque no sustituyen el contacto personal», afirmó el sociólogo español Juan Díez Nicolás.
Aunque algunas personas buscan vivir aisladas, pocas eligen estar solas, pues como expresó el poeta inglés John Donne en el siglo XVII, «ningún hombre es una isla entera por sí mismo… Es una pieza del continente, una parte del todo».
Epidemia de la soledad en Europa
Por Rachel Pereda Punales