México (PL) Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial mexicano por la coalición Juntos Haremos Historia, disfruta un breve compás cuando sus dos principales rivales para los comicios del 1 de julio están en plena contienda bilateral.
Obrador, en su tercer intento por llegar a la presidencia de México, se beneficia por las acusaciones de lavado de dinero contra Ricardo Anaya (partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, y Movimiento Ciudadano).
También por la respuesta del acusado, quien revertió el ataque por alegada utilización política de la Procuraduría General de la República (PGR) en el caso, detrás de lo cual, coincidió Obrador, está el Partido Revolucionario Institucional (PRI, de gobierno).
No es que ambos contendientes estén coordinados (son en lo público como el agua y el aceite), pero en la mira está el candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, apoyado por los partidos Verde y Alianza Nacional, a su vez inculpado por Anaya por desvío de fondos luego de informes de la Auditoria Superior de la Federación respecto a su gestión al frente de la Secretaria de Desarrollo Social.
Anaya fue señalado por manejos irregulares con un empresario de Querétaro, hoy en Canadá, que le habrían dejado ganancias millonarias.
La PGR tomó cartas en el asunto e incluso difundió un video (algo inusual) tomado cuando el candidato presidencial del PAN estuvo en la sede del Ministerio Público para presentar pruebas de descargo.
En medio del entuerto, Obrador, candidato por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y los partidos del Trabajo y Encuentro Social -a quien las encuestas sitúan en el primer lugar de preferencia- se dio el lujo de instar a sus contrincantes a que no se hagan daño y eviten palabras mayores.
Su postura conciliadora estaba aderezada con alta dosis de ironía política, aunque también muestra a un López Obrador que se toma las cosas con más calma y evita caer en provocaciones.
No en balde resulta el aspirante más atacado por todas partes, en particular los medios, los cuales incluso le endilgan posiciones ortodoxas que podrían llevar a México al marasmo económico.
Al de Morena incluso lo acusaron de estar beneficiado por los gobiernos de Rusia y Venezuela, en una campaña con acompañamiento internacional que recordó los tiempos de la Guerra Fría, sobre todo por declaraciones intervencionistas de senadores y el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson.
Si fuera por The Washington Post, entre otros medios internacionales, un gobierno presidido por López Obrador haría sucumbir a México en una gran crisis económica, aunque los argumentos faltan en tales pronósticos.
Una de las más recientes ediciones de la revista Siempre, editada aquí por Beatriz Pagés, exdirigente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y candidata a senadora por esa agrupación, publicó en su portada las conocidas matrioskas (muñecas de Rusia) con las imágenes de los presidentes de ese país, Venezuela y de Andrés Manuel López Obrador.
Resulta otro de los episodios de la guerra mediática que, para suerte del candidato de Morena, ocurrió en una publicación de poca tirada, aunque con buenos escribanos.
La revista Siempre se ha mostrado también crítica por el «pragmatismo» de Obrador, sobre todo a la hora de sumar apoyos a su candidatura desde diversas esquinas, léase PRD, PRI, PAN, y queda corta la lista, que incluye a empresarios, intelectuales y activistas sociales, entre otros.
Asimismo le carga alegaciones sobre que dejó de lado principios, incluso a la hora de postular a un dirigente sindical minero acusado de corrupto, en la lista de Morena de candidatos a senador.
Igual va en su contra llevar consigo a familiares de la exdirigente magisterial Elba Esther Gordillo, quien cumple condena domiciliaria por cargos de corrupción.
Pero también se llevó a la senadora Gabriela Cuevas, quien era connotada miembro del Partido Acción Nacional y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta del Congreso.
La última adquisición provino del propio equipo de campaña de José Antonio Meade. La presidenta del PRI en Guadalajara y coordinadora del candidato gubernamental, Claudia Delgadillo, saltó la talanquera. Ahora será candidata a la presidencia de la capital de Jalisco bajo la bandera de Morena.
Y qué decir del mundo empresarial, con el que el político tabasqueño o sus representantes se han estado reuniendo, sobre todo en las últimas semanas.
Se trata de encuentros privados con empresarios, representantes de fondos de inversión y bancos para dar seguridades de que no habrá cambios radicales en la política económica, según versiones de prensa.
No es para menos, cuando voceros políticos, en particular del PRI, y medios internacionales auguran una fuga de capitales y la brusca depreciación del peso mexicano a partir del 1 de julio si López Obrador es proclamado ganador.
El empresario Alfonso Romo, a quien nadie puede tachar de hombre de izquierda, es el asesor económico y el coordinador del Proyecto de Nación del candidato de Morena. No en balde The Wall Street Journal se encargó de dedicarle unas páginas poniendo en duda su integridad.
Son, en definitiva, matices y contrastes de la política mexicana, sobre todo en tiempos electorales como los actuales en los que, por ahora, soplan vientos a favor de Andrés Manuel López Obrador, acostumbrado a competir, aunque falta mucho por recorrer para el día de la votación.
Soplan vientos a favor de Andrés Manuel López Obrador en México
Por Orlando Oramas León