Moscú, 12 mar (PL) La entrevista de la cadena de televisión NBC al presidente Vladimir Putin, muestra claramente hasta dónde pueden llegar en Washington, para mantener el tema de la confrontación y los falsos argumentos para justificarla.
Estados Unidos está interesado en presentar a Rusia como el gran enemigo, con ello explicar el aumento de gastos militares y la necesidad de aplicar contra esta nación euroasiática rondas de sanciones unilaterales, que parecen nunca acabarán.
Putin accedió a una entrevista, con la mencionada cadena norteamericana, esperando que su opinión llegara al televidente norteamericano, pero su mensaje fue distorsionado para mostrar a una NBC enfrentada a Rusia.
De hecho el nombre de la entrevista, «Un enfrentamiento contra Putin«, intenta proyectar un ataque constante de la periodista Megyn Kelly, al mandatario ruso y así trató de mostrarse al público.
La rusofobia en el país norteño, producto de una bien montada campaña mediática, lleva hasta los propios medios de difusión a intentar una reducción al mínimo posible, de cualquier signo de relación positiva con Rusia.
Así, pese a que Putin llamó en reiteradas ocasiones, durante la entrevista a la cooperación con Washington, tales declaraciones nunca se mostraron, como tampoco se escucharon sus explicaciones detalladas de que, por principio político, «Moscú no practica la injerencia».
Mucho menos apareció en la NBC, la denuncia del mandatario ruso de cómo Estados Unidos «reconoce descaradamente que se inmiscuye en los asuntos internos de los demás», mientras sanciona a Rusia, bajo el argumento de que interfiere en la vida política norteamericana.
Ni siquiera lo niegan, al contrario afirman que su injerencia lleva a otros países libertad y democracia y la nuestra no. Acaso es posible que un Estado se proyecte de esa forma, se preguntó en la entrevista, en otros de los fragmentos censurados por el canal estadounidense.
La interrogante de Putin de por qué Estados Unidos apoyó y financió el golpe de Estado en Kiev, en febrero de 2014, como lo reconocieron funcionarios norteamericanos, tampoco encontró espacio en la versión presentada en la mencionada cadena de televisión.
Ni siquiera las disculpas que ofreció Kelly al presidente ruso, cuando éste la requirió por interrumpirlo reiteradamente, aparecieron en pantalla.
Putin recordó palabras del presidente Donald Trump, quien estimó que si Rusia hubiese querido sembrar el caos, entonces lo habría conseguido.
Sin embargo, el jefe de Estado aclara que el caos se dio, no como consecuencia de la interferencia rusa, sino del propio sistema político estadounidense, sus luchas internas, incertidumbre y contradicciones. Ese fragmento quedó fuera del alcance de la opinión pública estadounidense.
Tampoco llegó al público norteamericano la explicación de por qué se niega a aceptar el pedido de Estados Unidos de entregar a ese país a 13 ciudadanos que, según Washington, descifraron códigos de los demócratas, durante la campaña electoral de 2016.
«Nosotros propusimos en varias ocasiones a Estados Unidos buscar un consenso, para un acuerdo, sobre seguridad en el espacio cibernético, para que fuera firmado y cumplido por los dos países, pero Washington se negó», aclaró Putin a la NBC, cadena que no mostró ese argumento.
Pero, los argumentos sobre la posición de Moscú contra el golpe de Estado en Kiev, en febrero de 2014, la supuesta participación rusa en ataques de hackers, y su interferencia en los asuntos internos norteamericanos son los alegatos para aplicar las sanciones.
En ese sentido, la proyección de la entrevista, con un contenido totalmente manipulado, busca, al parecer, sostener la imagen de la amenaza rusa para Estados Unidos, según estiman analistas locales.
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