La simplicidad de la fotografía en un libro

simplicidad de la fotografía
Dos veces intro. En la carretera con Patti Smith se publicó en 2012, pero nuestro serial de fotografía “La luz de la memoria” es un buen pretexto para volver a este libro editado por Sexto Piso

Por Perla Velázquez

El día que Eduardo Rabasa vio a Patti Smith fue cuando ella se presentó para recitar en las Sesiones del Café La Habana. “Estuvo increíble porque yo no sabía qué esperar, era ir a ver qué onda. El entorno era íntimo”, recuerda. Ese día la cantante presentó fotografías como parte de un proyecto que pretende ver a este espacio no sólo como un lugar, sino como un estado de ánimo. Era 31 de agosto de 2017. Patti Smith recitó poesía y después, sin que nadie la presentará, sacó una guitarra y cantó algunas de sus canciones más emblemáticas.

En el libro Dos veces intro. En la carretera con Patti Smith (Sexto Piso, 2012) William S. Burroughs escribió sobre ella: “No es solo una cantante fantástica, es un chamán. Su efecto en la audiencia es eléctrico comparable al de los rituales del vudú”. Rabasa dice que en ocasiones desconfía de esas palabras, “porque suelen utilizarlas a la ligera, pero en este caso es cierto. Patti Smith sí lo logra”.

Burroughs la describió en 1997 como un ser capaz de elevar a la gente a un nivel de conciencia superior, del cual, al regresar sigues siendo una madre soltera o alguien que persigue animales los fines de semana, “pero el chamán, al menos, les ha dado un respiro”. Así lo dijo, dos años después de que Patti regresara a los escenarios en una gira con Bob Dylan y que el vocalista de R.E.M., Michael Stipe, registrara en fotografías, que se publicaron en 1998 en Estados Unidos por vez primera.

“Es un libro básicamente de fotografías, los textos son importantes porque te dan contexto, tú podrías leer los textos y decir: ‘son fotografías de un contexto de rock’. Además, como no sale Bob Dylan, porque no le gusta ser fotografiado, podrías pensar que es una gira de Patti, pero las fotografías no te dirán que es una gira de Bob Dylan. Entonces los textos te ofrecen esa información además de que te explican que fue su gira de regreso”, cuenta el editor Eduardo Rabasa.

El libro es una crónica visual en la que no hay una gran producción fotográfica. El periodo corresponde a la gira que hizo Bob Dylan en Estados Unidos durante 1995. El cantante la invitó para ser la telonera de sus presentaciones después de haberse enterado de la muerte de su esposo y el momento que pasaba. Patti Smith se había separado de los escenarios 15 años atrás para dedicarse a su familia.

Ella misma escribió que se sentía agradecida con Michael Stipe, quien capturó los momentos, porque reviven un periodo tan inocente y agridulce de sus primeros pasos de regreso.

“Conocí a Michael Stipe en Michigan en 1995. Me había llamado el 14 de febrero desde Barcelona, España. No lo conocía, pero consciente de la muerte de mi esposo y adivinando mi soledad, llamó para desearme un feliz día de San Valentín. Ésa fue la primera vez que hablamos y la última que sería un extraño”, se lee en el prefacio escrito por la cantante.

Eduardo Rabasa piensa en Michael Stipe como el vocalista de R.E.M., de aquella banda que en la década de 1990 tuvo un punto álgido de éxito. “Es alguien que está acostumbrado a recibir la atención, a estar en el centro de los reflectores y en esta ocasión se hizo a un lado. Ese punto es muy interesante del libro, porque el fotógrafo es un músico también.

“El hecho de que su principal aportación al texto sean fotografías implica que él desaparece. Sale en un par de fotos, que me imagino se las tomó alguien más o se las tomó él mismo, pero realmente es una crónica muda de Michael Stipe. Entonces es un giro interesante, porque aquí lo que vemos es la mirada de Michael Stipe en esa gira, es una especie de testigo mudo. Eso nos pareció una cosa muy original que nos llevó a publicarlo. Es lo que propone este libro: la narración visual, muda, en donde Michael Stipe desaparece para ofrecer lo que su lente muestra”.

La simplicidad de la imagen

En 2011 en Estados Unidos reeditaron el libro. Para ese momento, Michael Stipe dijo que a trece años de aquella gira que marcó su vida, “ha sido un placer, una experiencia realmente emocionante verla llegar hasta aquí desde su modesto pero excitante regreso a la música y a la actuación en vivo que este libro documenta”.

Las fotografías son casuales. En ninguna hay pose. Ninguna parece haber sido concebida bajo una producción artística. La mayoría de ellas deja que el espectador continúe con la historia que poco a poco se cuenta. Según Patti Smith una de sus favoritas es la que le recuerda “el vestido color azafrán que Michael me compró”. A las imágenes que capturó Stipe, se suman algunas Polaroid de Oliver Ray.

“Hay una consonancia de Patti Smith con el libro y las fotografías, porque en efecto no son producidas, ni tampoco Patti. Ella siempre ha sido así: como aparece en el libro es como se presenta ante el público; con un aspecto bastante desparpajado que además ahí reside su belleza, no necesita tener una imagen construida ni artificial, que así siendo como es, un portento. Creo que el libro está en ese espíritu”.

Durante el trayecto de la gira las visitas a los camerinos no faltaron. Ahí estuvieron Kim Gordon, Paul Williams, Lenny Kaye, Jem Cohen y Thurston Moore, quienes la experiencia que vivieron y lo que significa Patti Smith para ellos quedó registrado en textos que acompañan las imágenes.

“Moore en su texto cuenta que, para él, Smith había sido su principal influencia. De hecho, dice que por ella decidió dedicarse a la música. Pero luego cuenta que cuando la están entrevistando para una revista de arte, él está cansado y ya se quiere ir y hasta él dice: ‘me estaba decepcionando del momento con el que siempre había soñado: de conocer y estar con ella y ya quería que se fuera’. Entonces, es un homenaje sí, pero de alguna manera va en la línea de conocerla como es”, asegura Rabasa.

Dos veces intro. En la carretera con Patti Smith deja ver muchas caras de varios de los que estuvieron en esa gira: Bob Dylan, que no aparece en las imágenes de su gira, Michael Stipe que renunció a los reflectores para fotografiar el retorno de Patti Smith, porque la fuerza que había mostrado en sus primeros años como artista, “radica en buena medida en la simplicidad de la fotografía” que nos muestra el libro.

El serial La luz de la memoria lo puedes ver completo aquí: https://bit.ly/2pLN3wA

Deja tu comentario