Esther Oldak Finkler, coordinadora nacional del Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE), informó que la estrategia implementada a través de la subsecretaría de Educación Básica incrementó su tasa de atención al pasar de un millón 325 mil alumnos y 18 mil 500 escuelas, en 2014, a 16 millones 304 mil estudiantes en casi 90 mil escuelas para 2017, lo que representa el 57 por ciento de la población estudiantil a nivel federal.
Durante su participación en la 4ª. Sesión regional sobre protección de los niños del acoso escolar de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), explicó que el PNCE es una iniciativa para el desarrollo de habilidades socioemocionales que abona a generar ambientes y climas de convivencia óptimos para el aprendizaje, donde los niños puedan aprender a aprender con un modelo integral de convivencia.
Desde su instrumentación, el programa mejoró en 27 por ciento la percepción del clima escolar, y evidenció un detrimento del 20 por ciento en la percepción de conductas violentas, precisó.
Oldak Finkler afirmó que un niño resiliente, es capaz de tener empatía con otros; solucionar y decodificar los en forma positiva, y será, por definición, un niño que sepa respetar las reglas y enfrentar de mejor manera los retos cotidianos.
El PNCE, abundó, fortalece el interior del menor para darle la capacidad de desarrollarse y vincularse con los demás de forma pacífica, tanto en el entorno escolar, como en sus actividades diarias a través de seis ejes formativos: autoestima; reconocimiento y manejo de las emociones; convivencia con respeto, manejo adecuado y participación de las reglas, resolución de conflictos y acuerdos y comunicación familiar.
El programa y sus distintos componentes curriculares han sido revisados por expertos, académicos y órganos internacionales como especialistas Unicef y tiene el reconocimiento de las cámaras de Diputados y Senadores, así como de la OCDE, ya que su estructura y contenidos abonan a disminuir la corrupción, y a generar una cultura de paz, por lo que se recomienda su continuidad en el siguiente sexenio.
En la ceremonia de clausura, el Secretario Técnico del Consejo Directivo La Escuela al Centro, Pedro Velasco Sodi, destacó el trabajo de Sipinna en la organización de los distintos foros de discusión y análisis para el desarrollo de políticas públicas que permitan erradicar la violencia.
Afirmó que el gran reto para los países de la región es reconocer la existencia del problema, medirlo y diagnosticarlo adecuadamente; formar a mejores alumnos , generarles ambientes propios para una adecuada convivencia; desarrollar sus habilidades socioemocionales; generar mejores prácticas para la atención de la violencia, y sobre todo, aceptar que las escuelas no pueden enfrentar este gran reto solas.
“El reto de la violencia va más allá de las escuelas, va más allá de lo que se pueda hacer desde el aula y desde los espacios escolares. Es fundamental fortalecer las alianzas con otros sectores públicos, con las organizaciones de la sociedad civil, con los medios de comunicación para lograr soluciones efectivas”.
La alianza entre padres de familia, comunidades y la escuela, dijo, es una de las acciones clave para ser más eficaces en esta tarea y, a partir de ello, garantizar la seguridad y los derechos de las niñas y los niños”, concluyó.