Por Karen Rivera
Marcello Ginelli tomó su primera fotografía a los doce años, en un partido de fútbol. Motivado por su padre, quien fuera fotógrafo oficial del equipo Milán, Ginelli se interesó en retratar los rostros de los espectadores del estadio. Desde entonces, la cámara se convirtió en su forma de vida. Considerado un fotógrafo humanista y de calle, con su lente captura las expresiones de las personas, así como la luz y la sombra que rodean los distintos paisajes. Una selección de doce imágenes, en formato blanco y negro, que el artista italiano tomó a su paso por México se exhibe en la Sociedad Dante Alighieri.
“Mi recorrido por México fue de verdad muy largo. Entonces casi todas las fotos fueron tomadas en el norte, la mayoría, entre San Luis Potosí y Matehuala, en la Ciudad de México también, en Chiapas, en Baja California, en todas partes. Tomé fotos en blanco y negro para dar un efecto no de viejo sino de antiguo de lo que fue México una vez, un México de tradiciones, un México de cultura, un México hecho de personas, de sonrisas que yo creo que es la cosa que de los mexicanos me encanta más, las sonrisas”, dice Ginelli.
Los Muxes, de Juchitán, en Oaxaca y su papel dentro de la sociedad zapoteca; las zonas rurales más alejadas de Chiapas; la pobreza de aldeas mexicanas y el paso de la violencia, son algunas de las temáticas que se observan en estas fotografías.
“Me gusta que la gente se puede parar en frente de mi foto y estudiar la foto, verla más en profundidad y no sólo pensar que México es colores y nada más. México es mucho más que colores, es una cosa más profunda que me golpeó la primera vez que vine aquí en el 2015 y es por eso que yo sigo tomando foto en blanco y negro.”
Estas imágenes forman parte de la muestra ¡Que viva México!, que Ginelli presentó en Italia, en abril del 2017, y podrán verse en la Sociedad Dante Alighieri, hasta el 15 de mayo, donde también impartirá un taller de fotografía.