Por Fernando Salinas
Escuchar la música no es lo mismo que verla, sentirla o incluso vivirla. A través de la tecnología y las emociones, Björk Digital sumerge a los visitantes en las entrañas de un proyecto que busca aprovechar la realidad virtual y la vista en 360 grados como elemento importante en la reconfiguración del mensaje musical, y propone una presentación diferente de la obra de Björk, que de por sí es compleja desde su concepción.
A un año de su presentación en el Foto Museo Cuatro Caminos y el paso de la artista islandesa por nuestro país, la muestra Björk digital. Música y realidad virtual, regresa a México, pero esta vez llega al Centro Nacional de las Artes (CENART). La experiencia de este año es en esencia la misma, sin embargo, guarda algunos cambios para beneficio del público, entre ellos una reducción importante en el precio de la entrada que pasa de los 660 pesos a tan solo 150 pesos.
Para abrir el apetito, tenemos dos salas aledañas a la exposición, en el espacio alternativo se proyectará un recorrido por la videografía de Björk y en la galería arte binario se puede interactuar con la aplicación para dispositivos móviles, Biophilia.
Una vez que entramos y después de ver un video ques nos presenta una serie de indicaciones para mejorar la experiencia, lo primero que veremos serán unos bancos giratorios con los pequeños dispositivos VR y unos audífonos, estos objetos nos acompañarán en las primeras dos inmersiones, cada una con dos videos en 360 grados de piezas que forman parte del álbum Vulnicura. El primer encuentro ocurre con la calma caótica de “Mouth mantra”, donde podremos recorrer de una forma visceral y literal el origen de la voz de Björk. Al terminar, intercambiaremos energía con la artista en “Quicksand”, resultado de la primera transmisión de un video 360 en vivo por internet. Enseguida recorreremos las grutas y nos contagiaremos de un aire salvaje con “Black Lake” y finalmente, escogeremos el camino de nuestra Björk favorita en “Stonemilker”.
Esta primera parte puede resultar un poco pesada, sobre todo si tomamos en cuenta que, aunque los videos son breves, la suma del tiempo es equivalente a 30 minutos de imagen. Sin embargo, vale la pena si queremos abordar los videos de la artista de una manera libre y desde otro punto de vista.
La última parte nos lleva a una sala donde una PC y el sistema Vive de HTC aguarda por nosotros. Después de algunos ajustes en el casco, los audífonos y los controles, seguiremos al avatar de Björk en Family y Notget. En la primera experiencia tendremos una breve interacción con los seres virtuales al presionar los gatillos. A diferencia de las vistas en 360 grados, , podremos ver modelos en 3D y observarlos a distancia con una sensación de profundidad, en un mundo multicolor. Para concluir, en Notget seguiremos de cerca a Björk con la misma estética de su video homónimo, un viaje por el inframundo, en su mayoría oscuro y lleno de odio.
Hay que tener varios factores en mente al momento de visitar la exposición. La tecnología que se usa para la creación de las piezas no es la más moderna, de hecho, son sistemas que, aunque son algo costosos, se pueden obtener fácilmente de forma comercial. La programación de las piezas fue realizada en Unity, uno de los motores gráficos más amigables y montados en la plataforma de juegos para PC, Steam. Por esta razón, existen algunos glitches de programación que pueden afectar la imagen o incluso algunos problemas de sincronización en los que la señal se pierde por momentos. Sin embargo, debemos tener claro que el valor de la exposición no se debe a los detalles técnicos, más bien, a la labor creativa de Andrew Thomas Huang, Kaoru Sugano y Jesse Kanda,artistas internacionales que colaboran con Björk para la realización de las piezas, sin olvidar la posibilidad introducirnos al trabajo audiovisual de la cantante. Por supuesto, la experiencia cambia si has seguido o no la trayectoria musical de la artista.
Björk Digital. Música y realidad virtual estará abierta hasta el 27 de julio de 2018, en las galerías Central, Arte Binario y Espacio Alternativo del Cenart. Adicionalmente, el Cenart, en colaboración con el Centro de Cultura Digital, ha programado una serie de actividades en torno a la exposición.