Por Ana León
Aunque abrió sus puertas en diciembre del año pasado, echar un vistazo a la Galería de las Matemáticas del Museo de Ciencias de Londres (Mathematics the Winton gallery) es un buen pretexto para también hablar de cómo asumen los museos los retos del siglo XXI. Desde la arquitectura y la museografía, además del uso de la tecnología, las instituciones museísticas buscan generar nuevos públicos, hacer de sus espacios no sólo referentes culturales sino también insertarse en la economía global dentro de las rutas turísticas de cada país.
La fórmula arquitecto marca, restaurantes y exposiciones taquilleras ha dado buenos frutos desde la invención Guggenheim Bilbao. Dentro de esta estela se inserta el diseño de la galería ya mencionada que lleva la firma de uno de los estudios de arquitectura más reconocidos a nivel mundial: Zaha Hadid Architects. Los innegables referentes de su fundadora, Zaha Hadid (la primera mujer en recibir el Premio Pritzker de Arquitectura): Kazimir Malevich (suprematismo) y Oscar Niemeyer, así como un continuo uso de una geometría fragmentada y de la deconstrucción formal, siguen marcando el diseño de sus sucesores.
Arropada por este diseño neofuturista, el museo busca, con esta galería, visibilizar el rol fundamental que los matemáticos, sus herramientas y sus ideas, han jugado en nuestra historia. Es así que a través de las formas serpenteantes y un juego de iluminación, que remite a Turrell, la sala propone al espectador un recorrido en el que se muestra cómo las matemáticas están presentes en cada aspecto de nuestras vidas.
Y como no es suficiente un envase bien diseñado, se buscó crear una narrativa curatorial que abordara 400 años de historia de las matemáticas a través de 120 objetos en exhibición que han marcado un antes y un después, iniciando por el propio diseño de la sala cuyas curvas y diseño LED son resultado de ecuaciones matemáticas; un telescopio, un avión diseñado en 1929; el modelo electrónico del Mar del Norte, de Shizuo Ishiguro; o la presencia de la máquina Enigma que jugó un papel importante durante la Segunda Guerra Mundial y que tras ésta, entró al mercado como una máquina para transmitir mensajes de negocios de manera segura.
¿Qué les depara a los museos en el siglo XXI? fue la pregunta que arrancó un simposio, a inicio de este año, que reunió a los principales responsables de las instituciones de arte del planeta, en París. Si bien la conversación giró en torno a las nuevas tecnologías, las colecciones y los presupuestos, el reto de todas las instituciones sigue siendo crear narrativas y formular nuevos relatos, sin quedarse sólo en la forma, que capturen la atención de un espectador emancipado.
© Zaha Hadid Architects