Roma, 25 jun (PL) El ministro del Interior, Matteo Salvini, descartó hoy el desembarco en Italia de unos 230 migrantes a bordo del barco Lifeline, el cual permanece en el Mediterráneo central desde hace cuatro días.
El también vicepresidente se refirió a la situación de la embarcación de la ONG alemana Mission Lifeline, en una conferencia de prensa ofrecida tras su regreso de Libia donde se entrevistó con las principales autoridades de ese país, con quienes abordó la colaboración en la gestión de la migración irregular.
El titular dijo que se trata de una nave de «bandera dudosa, en aguas de otros«, que ignoró las indicaciones tanto de la Guardia Costera italiana como de la libia, por lo que debe ser considerada fuera de la ley y donde quiera que atraque debe ser detenida y su tripulación arrestada.
La tensión en torno a la nave registrada como embarcación menor en Holanda se desató cuando su tripulación se negó a entregar los migrantes a la Guardia Costera de ese país, y se dirigió hacia el Norte, en procura de un puerto seguro donde desembarcar a los pasajeros, posibilidad negada por el gobierno italiano.
La misma postura asumió Malta con el argumento de que el hecho se produjo en el Área de Rescate y Salvamento de Libia, entre ese país y la isla de Lampedusa, en una operación coordinada por las autoridades italianas, en la cual su gobierno no estuvo involucrado.
Según declaraciones de Alex Steier, representante de la organización no gubernamental germana a la radio francesa Rtl, citadas por el diario La Stampa, Alemania y Holanda se negaron también a permitir el acceso del barco, por lo que solicitaron ayuda al gobierno español.
Si no tenemos respuesta -apuntó- dejaremos Malta para ir hacia el Norte, a España o Francia.
También puede interesarte: Francia y España proponen crear centros de desembarco para migrantes