Ottawa, 26 jun (PL) Un total de nueve mil 481 migrantes fueron interceptados en la frontera entre Estados Unidos y Canadá desde enero hasta el 31 de mayo, según cifras actualizadas que circulan hoy en medios digitales.
Las estadísticas se corresponden con el pronóstico de una tendencia creciente hacia los cruces fronterizos, estimulados por las fuertes políticas antiinmigrantes del presidente estadounidense, Donald Trump, en opinión de observadores.
El pasado año la Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés) interceptó a 20 mil 593 personas que entraron de forma irregular al país, de las cuales cerca de 10 mil eran de origen haitiano y solo el ocho por ciento de esa cantidad resultaron admisibles para la solicitud de asilo.
Autoridades del gobierno expresaron públicamente que el cruce de la frontera no significa un boleto gratis para establecerse aquí.
El gobierno ha desembolsado entre 2017 y lo que va de 2018 más de cinco millones de dólares canadienses (alrededor de tres millones 357 mil dólares estadounidenses) para atender las necesidades de los emigrados que cruzan la frontera.
Un informe presentado ante la Cámara de los Comunes detalla los gastos por servicio de refugio y humanitarios, muestra que la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizo pagó por artículos que van desde generadores eléctricos y calefacciones, hasta agua y alojamiento para los forasteros.
Por su parte, el alcalde de Toronto, John Tory, advirtió a la provincia de Ontario y al gobierno federal que el sistema de refugios de su ciudad -que ya cuenta con tres mil acogidos- «no tiene más posibilidades» de albergar a nuevos solicitantes de asilo.
En una carta que envió Tory a los miembros del parlamento de Toronto ayer y obtenida por el diario The Globe and Mail, aparece lo que él llama una «solicitud urgente de ayuda».
«Creo que todos podemos estar de acuerdo en que la lucha de la ciudad para encontrar refugio de emergencia para cada nueva oleada de llegadas no es sostenible, ni tampoco es una situación deseable», escribió.
El mes pasado, después de que Tory hiciera un pedido público similar de asistencia, los funcionarios de la ciudad expresaron que la campaña electoral de Ontario, que terminó el 7 de junio, había obstaculizado la capacidad de la provincia para responder.