Oaxaca es sinónimo de exquisitos platillos, majestuosos paisajes y, sobre todo, una mezcla de tradiciones, lenguas y costumbres. También, es punto de partida de músicos y proveedora de ritmos como el de La China Sonidera, con quienes platicamos. Una agrupación originaria de Oaxaca que se mueve entre la cumbia, el vallenato, el funk y el rock creando un estilo propio y experimental.
¿Qué es la China Sonidera?
La China Sonidera es una agrupación que intenta hacer cumbia, pero nunca le ha salido. También es una mezcla de sonidos, estilos, géneros. Tenemos músicos que vienen del rock & roll, del son jarocho y bandas tropicales. Eso aporta a lo que es La China Sonidera: un amplio bagaje musical.
A pesar de ser originarios de la Ciudad de México ¿a qué se debe el apego a Oaxaca y por qué producir desde ahí?
Alfonso Barrera (guitarrista) y Georgina Saldaña (voz) son originarios de la Ciudad de México, llevan doce años viviendo en Oaxaca, por lo tanto son más oaxaqueños que chilangos. El resto de la agrupación es de Oaxaca: el istmo, la sierra y distintas regiones. Oaxaca es el lugar donde hemos nacido, hemos crecido, es un lugar inspirador para nosotros y se ha vuelto nuestra residencia y punto de creación.
¿De qué manera se involucran con otros ritmos como la cumbia, el hip hop, el funk?
Cuando se comenzó a formar La China Sonidera no se tenía la idea de cumbia, ya que se pensaba más en las guitarras y en los bajos, algo parecido al rock y la cumbia, fue algo que se fue formando en el camino. La China comenzó tocando covers, pero un músico que estaba con nosotros en ese entonces nos dijo que para estar haciendo covers se necesitaba una banda más versátil y nos sentenció: -tenemos que empezar a componer si no, me salgo. Entonces se comenzó a formar la canción “Quién sabe” y empezamos a componer. Hasta la fecha seguimos componiendo.
De las ventajas de estar en Oaxaca es que encuentras a músicos de todas las partes del mundo y fue como conocimos a un músico italiano que metió un sonido completamente diferente y que le dio un giro a la banda. Se fueron fusionando poco a poco los géneros. Es estos últimos días hemos estado produciendo algunas nuevas canciones y nos estamos inclinando por los metales, no los habíamos incluido, pero comenzamos a explorar e intentar fusionarlos con algunos instrumentos de viento.
A pesar de tener canciones referentes al amor también tienen letras que abordan temas sociales ¿cómo se crea esta relación entre la crítica social y la música?
Tenemos canciones que hablan de la migración y problemas sociales como “El güero” o “Ni un besito a la fuerza”, pero somos un grupo que le canta a todo. Tratamos de no verle el lado negativo a todo aunque sí hay referentes o tratamos de usar metáforas respecto a algunos aspectos sociales.
Hasta el momento han sacado dos discos y ambos han sido producidos por ustedes ¿qué tan complicado ha resultado esto?
Ha sido un proceso tardado. Las cosas son más fáciles de hacer cuando tienes dinero, así que nuestro proceso ha sido lento. Nuestro primer disco lo hicimos con fondos que otorga el estado de Oaxaca a artistas y músicos independientes. Fue un fondo que se dio para poder desarrollar proyectos, por suerte lo ganamos y así fue como pagamos la maquila, la mezcla y algunas otras cosas. Para el segundo disco ya teníamos las canciones y ya las estábamos tocando, pero no teníamos el recurso así que volvimos a pedir el apoyo del estado y volvimos a ganarlo. No cubrió toda la producción, pero sí gran parte. Entonces tuvimos que vender de cosas, hacer rifas, buscar la forma de cubrir los gastos.
En estos ocho años que llevan tocando ¿cómo definirías el ambiente de la cumbia?
La cumbia está en su mejor momento. Hay un auge de la cumbia, no sólo a nivel nacional sino en toda América Latina al igual que en Europa. Siempre los ritmos latinos atraen mucho fuera de América. Pero también porque muchas bandas se han atrevido a mezclar, claro, la cumbia siempre será cumbia, por lo tanto, siempre estará presente. A pesar de competir con la banda, los corridos y el reggaetón, la cumbia llega a todos lo niveles sociales, por más ricachón que seas siempre vas a bailar una cumbia por su ritmo. La cumbia es algo que traemos en la médula y la gente se identifica.
¿Qué significa para La China Sonidera estar en el Ollin Kan?
Es un honor ya que es uno de los festivales que abre sus puertas a tantas bandas emergentes e independientes. Le da oportunidad a las bandas que quieren avanzar poco a poco y que van paso a pasito. Da mucho gusto que hayan volteado para acá.