Nueva York, 18 ago (PL) Richmondtown no aparece en ninguna lista de lo que un visitante debe hacer en Nueva York: alejado de la turística Manhattan, la parte histórica de ese pueblo mantiene hoy algunas construcciones de sus primeros colonos.
Antiguos talleres, viejas tiendas y casas de familias, tabernas, escuelas… fueron restauradas en su diseño original para mostrarlas a los pocos visitantes que se animan a llegar allí.
El pueblito perdido recrea la vida de los primeros colonos europeos en Staten Island, y quienes trabajan en el lugar se visten a la usanza de aquella época y muestran cómo se realizaban ciertos oficios.
Algunos de ellos, como Norm Pederson, mantienen vivas las tradiciones artesanales, en su pequeña carpintería todo es hecho a mano, con herramientas que existían antes de 1860.
La otra regla es que para entrar a su taller y tomarle fotografías hay que pagar, pero igual cada quien es libre de curiosear desde la puerta de la caseta de madera, amueblada como una tienda rural.
Unos 30 edificios conforman todo el conjunto, que funciona en realidad solo como museo. Pero solo unos 10 están abiertos al público y varios necesitan un trabajo de restauración para rescatarlas del abandono.
La mayoría datan de 1800 y hay otras incluso más viejas, esto lo hace uno de los «barrios» más antiguos de Nueva York conservados hasta la fecha. Aunque la vida cotidiana de los actuales habitantes se desarrolla en residencias de los alrededores.
El recorrido hasta Richnondtonw es largo, pero el paseo vale la pena para quienes deseen descubrir un poco más de los colonos que llegaron a Estados Unidos y se animen a desembarcar en Staten Island, tras hacer el famoso recorrido en ferry.