Esta mañana, el presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walther afirmó que en la decisión sobre el nuevo aeropuerto, el próximo gobierno federal se juega la confianza del sector privado nacional e internacional.
En entrevista telefónica para el noticiero Despierta con Loret, el dirigente empresarial reiteró que la decisión sobre continuar con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco o adecuar el actual aeropuerto y sumar operaciones en la base área de Santa Lucía, debe tomarla el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
“Debemos aplaudir los ejercicios de democracia participativa, no obstante, la consulta que se está planteando para el 25 de octubre no cubre con los resquicitos, esta consulta no tiene las características para que pueda ser vinculatoria, así es que esta decisión es una decisión que tiene que hacer y afrontar el presidente electo”.
Explicó que en el sector empresarial “estamos atentos a cuál es el sentido que toma la decisión del presidente electo, se está jugando la confianza del sector privado mexicano, vamos a estar muy atentos para entender si ya se dio la necesaria transformación del líder político y del dirigente partidario”.
Lo importante es la inversión
El líder de la Coparmex detalló que el futuro mandatario mexicano aseguró, cuando era candidato, que está de acuerdo con el proyecto en Texcoco si este se financia con recursos privados, ya que lo que realmente le preocupa es la concentración de inversión pública en un sólo proyecto.
Por ello, el verdadero debate “no es si va a ser en Texcoco o Santa Lucía, sino cómo financiar este proyecto que ya está avanzado”.
Dijo que en caso de cancelar el proyecto en Texcoco, se pueden tener repercusiones en el ámbito internacional “si no hay claridad en cuáles fueron las razones de frenar una obra de esta importancia, ciertamente algunos grandes inversores internacionales podrían poner en tela de duda la confiabilidad del Estado de derecho en México”.
Finalmente, recalcó que la siguiente administración federal necesitará de “mucha inversión privada, las grandes obras de infraestructura que ha anunciado como el Tren Maya, van a necesitar de capital privado mexicano y extranjero”.
Por lo que si se toma una decisión de estas características revirtiendo una obra en proceso sin que haya los elementos técnicos que justifiquen esta decisión, seguramente muchos inversionistas mexicanos y extranjeros “se la van a pensar dos veces antes de invertir en México”.