Increíbles descubrimientos marcaron el 2018

En primer lugar sobresale el caso del descubrimiento de un nuevo órgano en el cuerpo humano llamado intersticio

Washington, 28 dic (PL) Este 2018 finalizaron investigaciones científicas que dieron paso a increíbles hallazgos y aunque es habitual que se reporten los grandes avances o los más comprensibles, medios digitales publican hoy cuatro estudios que no fueron de los más relevantes.
En primer lugar sobresale el caso del descubrimiento de un nuevo órgano en el cuerpo humano llamado intersticio y el cual pasó desapercibido hasta ahora porque las técnicas de observación anatómica, que se centran en fijar las muestras de los tejidos con productos químicos, no permitían observarlo.
Según los científicos de la estadounidense Escuela Universitaria de Medicina de Nueva York, el miembro es una red de tejido de conexión rellenos de líquido situados bajo la piel y que recubren a otros muchos órganos.
En un comunicado los autores del estudio destacaron la importancia del intersticio para el funcionamiento de todos los órganos y el comportamiento de la mayoría de las enfermedades importantes, como el cáncer, porque en ocasiones puede propagarse mediante esta red.
También este 2018 expertos hallaron una nueva forma geométrica, mientras estudiaban el desarrollo embrionario de los animales observaron que las células al multiplicarse se compactaban y adoptaban una configuración tipo escutoides, la cual les confiere gran estabilidad.
Esta nueva forma se caracteriza por tener superficies curvas y tener al menos un vértice en un plano diferente al de las dos bases informó a la prensa Javier Buceta, coautor de la investigación y científico de la Universidad Lehigh.
Igualmente neurocientíficos descubrieron la neurona escaramujo, un tipo de célula cerebral solo presente en los humanos, y aunque aún se desconoce su función averiguaron que suele relacionarse con células piramidales, sobre las que actúan como un freno.
Este tipo de neurona, que recibe su nombre por tener forma de arbusto, es muy escasa y solo forma alrededor del 10 por ciento de las neuronas del neocórtex, región cerebral moderna en términos evolutivos que tiene importancia en la visión y la audición.
Otro estudio, de la Universidad de California en Berkeley, reveló un nuevo mecanismo para producir una corriente eléctrica en el intestino y que es usado por microbios como lactobacilos, estreptococos y patógenos causantes de diarrea, gangrena o infecciones hospitalarias.
Dan Portnoy, líder de la investigación dijo en un informe que muchos de los «bichos que interaccionan con los humanos, ya sea como patógenos, probióticos, parte de la microbiota o implicados en la fermentación de ciertos productos, son electrogénicos».
Hasta la fecha se había encontrado microbios con esta capacidad en ambientes con ausencia de oxígeno, como minas y sedimentos de lagos, pero nunca en el intestino, destacó.