Washington, 9 ene (PL) Residentes de áreas afectadas por extensos y mortíferos incendios forestales en el estado norteamericano de California a finales del año pasado se enfrentan hoy a los peligros de la contaminación del agua.
Según Clint Snyder, asistente ejecutivo de la Junta del Agua del Valle Central de California, más del 60 por ciento de los acuíferos públicos en el oeste del territorio provienen de zonas que fueron dañadas por los siniestros.
Citado por reportes de prensa, Snyder explicó que los incendios consumieron tuberías, techos y ventanas elaboradas con PVC (policloruro de vinilo), lo cual genera toxinas y ofrece riesgos de contaminación.
A juicio de expertos, el PVC es un gran recurso para la construcción por su resistencia, maleabilidad y estabilidad química, pero al ser quemado genera monóxido de carbono, cloruro de hidrógeno y dioxinas, sustancias tóxicas.
Incendios como el Camp, que en noviembre último se convirtió en el más destructivo de la historia en California, al consumir más de 62 mil hectáreas y 18 mil 804 estructuras, y causar la muerte de 86 personas, representan por lo menos una doble fuente de contaminación.
Este tipo de tragedia genera grandes cantidades de dioxinas al quemar los árboles y malezas, y adicionalmente añade más contaminantes por la combustión de los polímeros utilizados en la construcción, añadieron los especialistas.
También, otras sustancias causadas por el fuego, como el benceno, aumentan los problemas ambientales y ponen en peligro la salud de los residentes en áreas devastadas y sectores aledaños.
Para la Junta de Control de los Recursos Acuíferos de California, otro riesgo de perjuicios a esas fuentes del vital líquido está en los desechos y los sedimentos provocados por las llamas.
El fuego, al quemar las raíces de los árboles, genera una contaminación en el suelo principalmente con bacterias y parásitos que puede afectar los lagos, ríos y reservas de agua, consideró la entidad.