La Habana, 26 ene (PL) El presidente estadounidense, Donald Trump, puso rodilla en tierra al ceder en su posición de obtener fondos para la construcción del muro en la frontera con México,
Luego de 35 días aferrado al cierre del gobierno en un proceso en el que gastó capital político, Trump no logró nada y en cambio hizo que todos los estadounidenses pagaran por una fantasía partidista, comenta hoy un editorial del diario The New York Times.
Finalmente, aceptó el tipo de proyecto de ley que los demócratas propusieron durante semanas, uno que no contiene ni un dólar para su proyecto.
La obstinación del mandatario, quien incluso se atrincheró en la Casa Blanca cuando todos celebraban el fin de año, creo ronchas, además, entre los republicanos por su impacto en la estrategia de mantenerse en la Casa Blanca en 2020.
Las últimas pesquisas mostraron la debacle cuando la mayoría de los estadounidenses no apoyaron el cierre y lo culparon del colapso gubernamental.
Un muestreo de ABC publicado esta semana situó el índice de aprobación del presidente en un 37 por ciento e indicó que tenía la aprobación promedio más baja de dos años de cualquier gobernante en las últimas siete décadas.
Según el Times posiblemente se dio cuenta de que una encuesta publicada el miércoles encontró que el 59 por ciento de los estadounidenses pensaba que no le importaban sus problemas.
Hoy crece la interrogante sobre cuál será el próximo paso de Trump. «Quién sabe qué hará a continuación para tratar de salvar su ego y rescatar algo de capital político con la minoría de estadounidenses que todavía parecen inclinados a apoyarlo», señala el diario neoyorquino.
Al menos, el mandatario ganó algo, en los libros se inscribió como recordista pues al perseverar en el cierre parcial de 35 días, logró el record del más largo de la historia.
La reapertura pactada entre demócratas y republicanos y avalada por Trump es tan solo por tres semanas, hasta el 15 de febrero, tiempo que el presidente dio a la oposición para sentarse a negociar un acuerdo migratorio que incluya dinero para el muro.
«Esto no fue de ninguna manera una concesión. Fue hacerse cargo de millones de personas a las que el cierre de Gobierno estaba perjudicando gravemente», dijo Trump en un tuit justificante de su derrota previo a la firma del decreto
No obstante, amenazó con un nuevo cierre o declarar una emergencia nacional para utilizar fondos para el muro sin la autorización del Congreso, si no hay acuerdo con los demócratas en materia migratoria antes del 15.
Las encuestas sugieren que tal movimiento sería tremendamente impopular, causando aún más daño al presidente y a su partido, lo que pudiera llevar a los republicanos del Congreso a negociar un acuerdo sin él.
El presidente se vio obligado a aceptar el trato ante la creciente rebelión de senadores republicanos, dispuestos a aliarse con los demócratas para permitir la reapertura, y también por las protestas de los funcionarios forzados a trabajar sin sueldo.
Este cierre parcial o «shutdown», empezó el pasado 22 de diciembre y afectó a cerca de 800 mil trabajadores públicos (un 25 por ciento de la administración), la mitad de ellos forzados a trabajar sin sueldo.
En este escenario el tema migratorio se mantiene como la llave del problema, pues incluso muchos republicanos son partidarios de una solución o un compromiso bipartidista que les daría a ciertos inmigrantes, conocido como Dreamers, un camino hacia la ciudadanía a cambio de dinero para la seguridad fronteriza.
Republicanos como la senadora Susan Collins, quien enfrentará un duro reto para reelegirse en 2020, proponen un plan que crearía un camino hacia la ciudadanía para aproximadamente 1,8 millones de personas y proporcionaría 25 mil millones para la seguridad de la frontera en general.
Sin embargo, la idea de Collins, se queda corta ante una propuesta del senador demócrata Joe Manchin, quien encendió este mes una luz de esperanza sobre el tema migratorio en Estados Unidos, no solo para millones de personas sino también para Trump, quien tendría una opción real para su controvertido muro en el límite con México.
El presidente podría obtener un acuerdo para financiar el muro fronterizo si los republicanos accedieran a votar una reforma migratoria integral, o lo que es lo mismo, desandar el camino hasta 2013, donde un proyecto amplio se quedó sobre la mesa de negociación.
Manchin propone, entre otras cosas, una votación rápida sobre el proyecto de ley de inmigración de 2013, en la que se destinaban cerca de 40 mil millones de dólares para la seguridad de la frontera, más que lo que pide Trump, y duplicaba el número de agentes en los límites con México, entre otras medidas que eran patrocinadas por los republicanos con apoyo de muchos demócratas.