Washington, 15 feb (PL) El Partido Republicano amaneció hoy dividido y conmocionado tras el sorpresivo anuncio del presidente norteamericano, Donald Trump, de declarar el estado de emergencia para construir su polémico muro en la frontera con México.
El mandatario optó por esa opción tras la asignación del Congreso de solo de mil 375 millones de dólares de los cinco mil 700 que exigía Trump para erigir el muro.
La disposición tiene lugar luego del llamado del líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, de evitar esa estrategia, porque sepultaría cualquier consenso bipartidista en el Capitolio.
Pero el mandatario decidió desafiar la resolución de su propia organización, advirtió el portal noticioso Político.
No debió hacerlo, afirmó el senador Chuck Grassley, quien auguró una batalla legal para dilucidar si el presidente tiene autoridad para gastar dinero sin consultar al parlamento.
La Constitución es bastante clara: el gasto se origina y está dirigido por el Congreso, coincidió el también miembro de la Cámara Alta Rand Paul.
Su colega Lamar Alexander consideró el plan de Trump como «una mala idea» mientras Susan Collins, republicana de Maine, afirmó que es un gran error y pronosticó que será impugnado en los tribunales.
Según Político, en los próximos días los demócratas impondrán su mayoría en la Cámara de Representantes para emitir una declaración contra el gobernante, lo cual obligará a una votación también en el Senado.
Es muy probable que en esa instancia también sea aprobada la reprimenda porque varios republicanos podrían sumarse a la minoría demócrata.
No obstante, el portal advierte que no se vislumbra una abierta rebelión en las filas de su partido debido al próximo inicio de la campaña electoral de cara a las elecciones de 2020.
«Hablar de una declaración de emergencia provocó de inmediato una división y en algunos casos una reprimenda total por parte de los senadores republicanos, que Trump necesitará de su lado, destacó, por su parte, el diario The Hill, especializado en temas del Congreso.
Los legisladores de ambas formaciones se preparan para una dura lucha, y es probable que la medida del gobernante sirva como salva de apertura para una batalla política y legal de alto perfil, subraya.