Beijing, 3 mar (PL) La capital de China amaneció hoy bajo alerta naranja, la segunda mayor en importancia, por el agravamiento del «smog» contaminante que prevalece desde hace varios días.
Con la emisión de esa fase automáticamente entraron en vigor restricciones a las operaciones industriales, el uso de vehículos, las obras de construcción y otras actividades al aire libre que liberen grandes emisiones.
A las escuelas y guarderías se les instruyó mantener a los estudiantes bajo techo, pues se prevé que el fenómeno dure hasta mañana.
Hace una semana Beijing y otras ciudades del norte y oriente de China decretaron la alerta naranja y roja por el deterioro de la calidad del aire que ocasionó el lanzamiento de fuegos artificiales en el Festival de las Linternas y el reinicio de la producción en muchas fábricas.
China batalla contra la polución con disposiciones cada vez más drásticas, pues ya es un tema de seguridad nacional.
Nuevas medidas de la administración central y los gobiernos de las provincias más afectadas por el fenómeno, en su mayoría ubicadas en el norte del país, permitieron que en el actual y anterior invierno hubiera predominio de días soleados con aire limpio.
Sin embargo, aunque en 2014 las autoridades declararon le guerra y desde entonces disminuyeron fuentes contaminantes, todavía preocupa la presencia de niebla con partículas PM10 y PM2.5, que además de dañar la salud del pueblo constituyen un obstáculo en los planes nacionales de desarrollo.
Ahora también dirigen la atención al control de la alta concentración de ozono, químico igualmente nocivo para los seres humanos, las cosechas y la infraestructura.