Santiago de Chile, 2 mar (PL) Con una noche dedicada al reguetón y al trap, la edición 60 del festival Internacional de la Canción de Viña del Mar cerró sus cortinas con baja teleaudiencia y opiniones encontradas sobre las actuaciones.
Si bien los tres artistas participantes en la gala cargaron para casa con gaviotas de oro y Plata, a juzgar por los comentarios de los espacios culturales de los medios y las opiniones del público, la real ganadora de la noche fue la jovencita Rebbeca Marie Gómez, Becky G.
La muchacha, una de las pocas mujeres que incursiona en el reguetón, fue recibida ya en la madrugada por una Quinta Vergara llena de público, algo que no ocurrió en ninguna de las galas anteriores.
Y con un breve show de media hora -a tono con su corta carrera profesional- se ganó los aplausos con las interpretaciones de sus éxitos Booty, Sola, Dura, Mad Love, Mayores, Mala Mia, Cuando te bese y Sin pijama.
Sin pena ni gloria, a juicio de prensa y público, pasó el humorista cubano radicado en Estados Unidos Bonco Quiñongo, aunque sorteó la noche sacando algunas risas a un público que, y eso ya es un éxito, no lo chifló como hizo de manera inmisericorde anteriormente con la chilena Jani Peña.
Pero lo más pobre de la noche fue la actuación del trapero puertorriqueño Bad Bunny, que era el encargado de abrir la última gala del festival, pero fue recibido con los más bajos índices de audiencia de todo el evento, con poco más de 30 puntos.
Con un estilo bastante alejado de lo visto antes en el evento y sin la espectacularidad de las actuaciones de otros artistas como Marc Anthony o Backstreet Boys, el cantante urbano no convenció a gran parte de la audiencia que esperaba más y así lo expresó en las redes sociales.
En realidad, la Quinta Vergara bailó con el puertorriqueño, pero muchos espectadores expresaron su decepción por escuchar con demasiada dificultad sus canciones y algunos hasta cuestionaron su calidad vocal.
Concluido el festival llega el momento de las evaluaciones y en el gran público al parecer prevaleció la insatisfacción por un evento del que esperaban más por tratarse de la celebración de sus 60 años.
Entre los principales señalamientos figuran, por ahora, la extensión de las galas hasta bien entrada la madrugada, la presencia de humoristas en todas las noches en detrimento de la asistencia de más figuras internacionales o del país, que estuvo representado solamente por la joven Camila Cabello, y las críticas a la excesiva comercialización del evento, en detrimento de la calidad artística.