Bajo un fuerte dispositivo de seguridad, más de 500 reos que permanecían en cárceles de Nuevo León fueron trasladados a penales federales ubicados en Coahuila y Morelos.
Fuentes consultadas por la agencia de noticias Notimex, revelan que los internos fueron seleccionados por su nivel de peligrosidad y participación en delincuencia organizada.
El objetivo es terminar con el autogobierno, el cobro de cuotas, los motines y los homicidios, recurrentes en la última década en penales estatales.