Naciones Unidas, 23 abr (Prensa Latina) Autoridades de la ONU y activistas de diferentes partes del mundo demandaron hoy en el Consejo de Seguridad justicia y reparación para las víctimas de violencia sexual en situaciones de conflicto.
La representante especial del secretario general de la ONU sobre la violencia sexual en los conflictos, Pramila Patten, apuntó que la situación en el terreno no mejora y las consecuencias de las guerras y los conflictos armados siguen pagándolas con especial fuerza mujeres y niñas.
Ellas son blanco de ataques sexuales y sufren estigmatización y discriminación por esa causa, pero continúan sin encontrar justicia o reparación, señaló en un debate abierto del Consejo de Seguridad.
La violencia sexual se emplea para atacar a las personas, destruir a las comunidades y fragmentar a las sociedades, y las niñas y niños la sufren cada vez con mayor frecuencia, alertó.
Debemos acabar con la cultura de la impunidad y garantizar la rendición de cuentas, urge un enfoque centrado los supervivientes de esas agresiones, es fundamental que las promesas se conviertan en actos y que se deje claro que el mundo no seguirá tolerando tales crímenes, resaltó.
La activista Nadia Murad, perteneciente a la minoría étnica kurda de los yezidis en Iraq y sobreviviente de los abusos sexuales cometidos por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), recalcó la necesidad que tienen las víctimas de encotrar justicia y reparación.
Todavía muchos yezidis siguen secuestrados por el EI, y ninguno de los terroristas que han cometido esos crímenes son enjuiciados, lamentó la ganadora del Premio Nobel de la Paz 2018.
Murad fue secuestrada por el EI en 2014 y convertida en esclava sexual hasta que logró escapar. Su actividad de difusión para condenar el genocidio contra los yezidis despertó la conciencia global sobre los crímenes cometidos por los terroristas, en especial, contra mujeres y niñas.
El doctor Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz 2018, indicó que el hecho de reconocer las violaciones como estrategia de guerra y un arma de dominación y terror resulta un primer avance.
Por ello hizo hincapié en que la ONU y sus Estados miembros adopten sanciones contra los instagadores de la violencia sexual en los conflictos armados.
Además, subrayó, la asistencia a las víctimas debe ser considerada un derecho humano: el derecho a la rehabilitacion y la reparación.
El proceso de sanación de esas personas solo podrá finalizar cuando se aplique la justicia y los responsables paguen sus crímenes, destacó Mukwege, quien dirige un hospital en Bukavu, República Democrática del Congo, enfocado en ayudar a las mujeres a superar las secuelas de la violencia sexual.
Asimismo, pidió reconocer la situación especial de los niños nacidos tras las violaciones y ofrecer una justa reparación a las víctimas.