Buenos Aires, (Prensa Latina) Ni el poderoso Clarín escapa a la crisis económica en Argentina donde la prensa languidece, con medios que cierran y otros recortan su personal dejando fuera a trabajadores con años de profesión.
Hacer periodismo en esta tierra austral duele, en ocasiones no solo porque se han registrado agresiones contra algunos reporteros en marchas y sucesivas manifestaciones, también por muchos que pierden sus empleos.
El caso de Clarín resuena. Fueron despedidos en total 65 periodistas, de ellos 15 fotógrafos, algunos con una destacadísima trayectoria.
Las imágenes de la sede de ese periódico totalmente vallada y la sorpresa de quienes recibieron sus notificaciones de despido en la puerta a mediados de este abril, siguen generando reacciones en varios periodistas que piden la urgente reincorporación de sus colegas.
Festivales y sucesivas protestas se sienten en la puerta de la sede de ese poderoso conglomerado en la calle Tacuarí, donde muchos van a solidarizarse como lo hicieron en su momento con los cientos de despedidos de la agencia estatal Télam el pasado año.
En lo que respecta a Clarín, trascendió un comunicado emitido por el gerente general del multimedio, Héctor Aranda, quien aludió a un proceso de reingeniería que obligaba a «renovar puestos de trabajos, sumar nuevas capacidades y también a redimensionar áreas para asegurar una transición equilibrada».
Del emporio de medios, quedaron fuera también reporteros de la revista Olé y de plataformas digitales de AGEA.
Desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires, hasta en puestos de trabajo en redacciones como Página 12, Perfil, La Nación, por solo citar algunos, con carteles contra los despidos, cientos de colegas se solidarizan con los trabajadores de Clarín y con otros medios que tuvieron que cerrar sus puertas en una Argentina cuya recesión arrastra a todos los sectores.
Un paro de 48 horas en el turno vespertino del diario, en un horario de gran flujo informativo, y reiteradas protestas son varias de las medidas con las que los reporteros de Clarín exigen la reincorporación de sus compañeros.
«Estamos en una de las empresas más grandes del país. Es muy difícil hacerlos retroceder, pero estamos dando la pelea. No somos terroristas, somos trabajadores, sólo queremos defender lo que nos compete: nuestros puestos de trabajo», afirmó Francisco Rabini, delegado de la Comisión Interna de AGEA y miembro de la Comisión Directiva del Sindicato de Prensa de Buenos Aires.
Varios diputados enviaron sus abrazos solidarios a los trabajadores de la prensa que se quedaron sin empleo de la noche a la mañana.
Uno de ellos es el legislador y secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina, Hugo Yasky, quien resaltó que ya son más de tres mil los despedidos en el periodismo durante el actual gobierno.
Desde denuncias por falta de pagos, hasta el cierre de pequeños medios y otros históricos como Radio El Mundo, con más de ocho décadas de historia, cuyos empleados denunciaron que la emisora fue desmantelada, la prensa hoy sufre la crisis y en algunos casos el ajuste del Gobierno.
Muchos consideran que la situación es cada vez más crítica. A cuentagotas han ido cerrando, por ejemplo, Radio América, Radio Rivadavia, El Argentino, otros buscan alternativas para sobrevivir convirtiéndose en cooperativa como Tiempo Argentino; estos son algunos de múltiples casos.
La televisión pública y la Radio Nacional también se vieron seriamente afectadas e incluso con cientos de despidos el año pasado.
En febrero los trabajadores del canal C5N, del portal Minuto Uno y de otras cinco emisoras de radio también dieron dura pelea ante el posible cierre de estos medios.
Los empleados de esa televisora tuvieron que pelear duro por la apertura de una cuenta bancaria inembargable para poder cobrar sus salarios tras la decisión de los jueces Gerardo Vasallo, Pablo Heredia y Juan Pablo Garibotto, quienes rechazaron abrir una caja de ahorros para poder devengar los sueldos.
Ejemplos hay muchos, lo cierto es que el periodismo no escapa de la profunda situación económica que vive el país y este año ha sido duramente castigado.
En declaraciones recientes, el secretario general de Sipreba, Tato Dondero, resaltó que, en el caso de Clarín, resultan inentendibles los despidos.
Es la empresa que más ha ganado en estos años, tiene la pauta oficial del gobierno, y en momentos en que esta patronal obtiene por todos lados aplica políticas de ajuste que van contra los trabajadores.
Para Esteban Giachero, miembro de la agencia Télam y delegado de Sipreba, la situación en el sector prensa en su país es cada vez más complicada.
Hay más de tres mil 500 puestos de trabajo que se perdieron, medios cerrados, otros como la agencia de noticias CNA donde se paga en cuotas, la radio nacional suprimió todas las programaciones locales, subrayó a Prensa Latina.
Giachero resaltó cómo después del sonado caso de Télam y con cuatro meses de ocupación pacífica de sus trabajadores, se lograron reincorporar a algunos compañeros.
Ahora llevamos días luchando por los de Clarín. Hemos sido muy golpeados, además en las coberturas, donde en varias manifestaciones reporteros gráficos fueron heridos con balas de goma, incluso detenidos.
«Calificamos de grave la situación, un ataque muy fuerte a la prensa, en línea con la política del gobierno», resaltó.
Por su parte Juan Mascaro, egresado de comunicación social en la década de 1990, documentalista y profesor, señaló a Prensa Latina que es una época peligrosa para hacer periodismo y un caso reciente es el del australiano Julian Assange, fundador de WikiLeaks. En Argentina, además, ese riesgo permanente de la profesión se cruza con perder el trabajo que, dijo, no es solo un tema económico, sino de censura también.
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