Washington, 13 may (Prensa Latina) El presidente Donald Trump negó nuevamente hoy que los consumidores estadounidenses sufran las consecuencias de las tarifas a productos chinos, un día después de que un asesor del mandatario indicó que ambas naciones se ven perjudicadas.
El jefe de la Casa Blanca siguió insistiendo esta mañana en una serie de tuits en que es el gigante asiático el que asume el costo de los elevados aranceles que decidió aplicar a las mercancías importadas desde ese país, un comentario continuamente rechazado por expertos en los últimos días.
No hay ninguna razón para que el consumidor estadounidense pague las tarifas, que entran en vigencia en China hoy. Esto se ha demostrado recientemente cuando Estados Unidos pagó solo cuatro puntos, 21 puntos por parte de China, porque China subsidia productos en un grado tan grande, afirmó el mandatario.
Trump incluso sostuvo que muchas compañías dejarán China por Vietnam y otros países similares en Asia debido a los gravámenes. «¡Es por eso que China quiere desesperadamente hacer un trato!», apuntó, pese a unos minutos después manifestar que Beijing dio marcha atrás tras tener un acuerdo casi listo.
El jefe de Estado, quien decidió subir desde el pasado viernes de 10 a 25 por ciento lo aranceles de productos chinos valorados en 200 mil millones de dólares al año, advirtió hoy a ese país que no tomara represalias contra las medidas de Washington, porque solo empeoraría la situación.
Sin embargo, la nación asiática anunció hoy incrementos de 10, 20 y 25 por ciento sobre los aranceles que aplica a importaciones de Estados Unidos, en reciprocidad por la mencionada acción unilateral de Trump, adoptada de forma sorpresiva en medio de negociaciones comerciales.
La Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado (Gabinete) del país oriental explicó que ese movimiento equivaldrá a 60 mil millones de dólares, involucrará a cinco mil productos y entrará en vigor a partir del 1 de junio próximo.
Esos pronunciamientos del mandatario norteamericano de que es la otra parte la que carga el peso de los gravámenes fue negado ayer por su asesor económico, Larry Kudlow, quien reconoció que los aranceles a los productos de China son efectivamente un impuesto a las compañías estadounidenses que se transfiere a los consumidores.
Aunque defendió las acciones de la administración y dijo que el daño al Producto Interno Bruto del país será pequeño debido al buen estado de la economía, el consejero declaró a la televisora Fox News que ambas partes sufrirán las medidas, y añadió que tal vez la carga más difícil es para los agricultores.
Diversos medios y analistas sostienen que al tratarse de gravámenes sobre productos que Estados Unidos compra, son los importadores de este país los que asumen los costos más altos, lo cual se traduce luego en disminución del margen de ganancias, incremento de precio a los consumidores, o ambos.