Tokio, 28 may (Prensa Latina) La agenda actividades del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en Japón concluyó hoy con la visita a una base militar norteamericana en ese país, gesto que según los expertos busca reafirma su poderío militar frente a China.
Acompañado por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, Trump cerró este periplo de cuatro días por la tierra del sol naciente en la estación naval estadounidense Yokosuka, al suroeste de Tokio.
La presencia de los militares estadounidenses en el archipiélago japonés mantiene dividida a esa sociedad y si bien muchos exigen la retirada de los soldados enviados aquí por Washington, otros apoyan el fortalecimiento de la alianza en defensa, alegando la fuerte dependencia que en materia militar Tokio tiene todavía de la primera potencia mundial.
Allí, Trump y Abe subieron a bordo del destructor japonés JS Kaga y del navío estadounidense de combate USS Wasp, donde aprovecharon para reafirmar su alianza militar, en momentos en que ambos socios negocian un nuevo pacto comercial.
En un discurso ante 800 soldados, una pequeña representación de los más de 50 mil militares del Pentágono apostados en Japón, Trump dijo que Tokio ya no es el enemigo de la Segunda Guerra Mundial y ahora es parte esencial de la presencia de Estados Unidos en el Pacífico.
Según expertos y medios locales, esas declaraciones estaban dirigidas a China y forman parte de los intentos por mostrar pulso ante la influencia cada vez mayor de Beijing en la región.
Durante su visita a la tierra del sol naciente, Trump se reunió con el nuevo emperador Naruhito y se convirtió en el primer jefe de Estado extranjero en entrevistarse con recién coronado monarca.
Mencionó además la posibilidad de concretar en agosto próximo un acuerdo comercial con Japón para resolver el tema económico, aunque acordaron aplazar las espinosas negociaciones para terminar ese pacto hasta después de las elecciones legislativas que la nación asiática realizará en julio.
En estas cuatro jornadas, Trump se refirió las relaciones y tensiones con China, Irán y la República Popular Democrática de Corea (RDPC) tres de los frentes que en política exterior tiene abiertos su administración en la actualidad.