Brasilia, 25 jun (Prensa Latina) El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva piensa que cada vez está más cerca de la libertad porque su caso no tiene misterio y solo basta con leer hoy las pruebas que reunieron los abogados.
En una carta enviada al excanciller Celso Amorim, uno de los coordinadores de la campaña internacional en defensa de su libertad, Lula asegura que el apartamento triplex en Sao Paulo, supuestamente recibido por él a cambio de favores y por el cual fue condenado, «nunca fue mío, ni de hecho ni de derecho, ni en la construcción ni en la reforma entró dinero de contratos con Petrobrás».
Son hechos que el propio exjuez «Sergio Moro reconoció cuando tuvo que responder el recurso de la defensa», indica.
Remarca que con solo analizar el proceso con honestidad se percibe que «Moro estaba decidido a condenarme antes de recibir la denuncia de los fiscales».
El exdirigente obrero aclara que la sospecha sobre Moro y su falta de imparcialidad -tesis de la defensa que sostiene en su petición de habeas corpus- había quedado comprobada mucho antes de las recientes filtraciones de conversaciones de la fuerza de tarea de la operación Lava Jato, publicadas por el sitio digital The Intercept.
«La verdad es clara: he sido acusado, juzgado y condenado sin pruebas para no disputar las elecciones (presidenciales de octubre). Esa era la única forma en que el candidato de él (Jair Bolsonaro) vencía», argumenta el exsindicalista en el escrito.
Lula también enumera en el mensaje una serie de otras actitudes de Moro que denotan su conducta partidista, actuando como un «enemigo político».
Recalca que sus «abogados recurrieron al Supremo Tribunal Federal para que finalmente tuviera un proceso y juicio justos, lo que nunca he tenido en manos de Sergio Moro», denuncia.
El exmandatario detalla que la denuncia contra él «era tan falsa e inconsistente que, para condenarme, Moro cambió las acusaciones hechas por los fiscales».
Me acusaron de haber recibido un inmueble a cambio de favores, pero como vieron que no era mío, él me condenó diciendo que fue atribuido a mí, agrega.
«Si alguien aún tenía duda sobre de qué lado el juez siempre estuvo y cuál era el motivo de perseguirme, la duda acabó cuando él (Moro) aceptó ser ministro de Justicia del Bolsonaro», subraya el expresidente, preso desde el 7 de abril de 2018 por supuestos actos de corrupción.