Tras 26 años de liderazgo, Carlos Romero Deschamps renunció a la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, ante un escenario poco favorable para el cabal cumplimiento de su responsabilidad.
En medio de investigaciones por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, oficializó su dimisión y acusó que no hay cooperación en el gremio para impulsar proyectos.
En su lugar quedó, de manera interina, Manuel Limón, uno de sus operadores de confianza, para en un plazo de 90 días, convocar a elecciones con voto secreto.
El Gobierno Federal descartó que las denuncias contra el ex líder petrolero fueran usadas como medidas de presión para que dejara su cargo.