Washington, 5 ene (Prensa Latina) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, repitió hoy sus amenazas contra Irán al afirmar que responderá con grandes represalias ante cualquier ataque del país persa.
En declaraciones a periodistas a bordo del avión presidencial de regreso a Washington D.C. desde Florida, donde pasó las vacaciones de fin de año, Trump manifestó que si los iraníes hacen algo habrá grandes represalias.
Según el jefe de la Casa Blanca, a los iraníes se les permite matar a los norteamericanos, torturarlos, mutilarlos y hacerlos estallar con bombas.
«¿Y no se nos permite tocar sus sitios culturales?. No funciona de esa manera», agregó Trump, quien señaló la víspera que tiene en el punto de mira a 52 lugares de Irán para responder cualquier ataque, y esos sitios, expuso, serán golpeados muy rápido y muy fuerte.
Por su parte, el canciller de Irán, Mohammad Yavad Zarif, consideró este domingo crimen de guerra ese anuncio de Trump sobre espacios culturales.
«Tras cometer graves violaciones de la ley internacional con cobardes asesinatos, Trump vuelve a amenazar con más infracciones», escribió Zarif en las redes sociales.
Apuntar a ese tipo de sitios es un crimen de guerra; ya sea pateando o gritando, apuntó el jefe de la diplomacia, el fin de la presencia maligna de Estados Unidos en Asia occidental ha comenzado.
Hay normas del derecho internacional que ponen líneas rojas para objetivos como los que ahora reciben amenazas de Trump, subrayó.
También, Trump amenazó esta noche a Iraq con sanciones «muy grandes» si obliga a las tropas estadounidenses a abandonar su territorio, luego de que el Parlamento de ese país votara hoy a favor de la expulsión de las fuerzas desplegadas por Washington.
Harán que los castigos contra Irán parezcan casi débiles, tenemos una base aérea extraordinariamente cara allí, la construcción costó miles de millones de dólares, no nos iremos si no nos pagan, comentó el mandatario republicano.
Trump volvió a justificar ayer el ataque que ordenó con drones hace tres días en Iraq en el cual murió el general iraní Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, a quien llamó «líder terrorista».
Para justificar esa acción, considerada por Teherán un acto de terrorismo y por la cual la república islámica prometió venganza, el gobernante dijo el viernes que Soleimani estaba planeando una agresión contra Estados Unidos, y lo responsabilizó por la muerte de cientos de norteamericanos.
Sostuvo que el asesinato se realizó «para detener una guerra, no para comenzarla», pero legisladores demócratas, medios de prensa, organizaciones y analistas consideran que lo sucedido puso a Estados Unidos al borde de otro conflicto bélico.
Colin Kahl, exfuncionario de seguridad nacional de la administración de Barack Obama (2009-2017) tuiteó que resulta «difícil de creer que el Pentágono le brinde opciones de ataque a Trump que incluyan sitios culturales iraníes», al recordar que tal acción constituye un crimen de guerra.