Davos, 23 ene (Prensa Latina) Las manifestaciones de desaprobación al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúan hoy aquí tras las declaraciones del mandatario que calificó a los científicos del clima de profetas de la fatalidad.
En su intervención en la jornada de apertura en el Foro Económico Mundial (FEM), que se celebra desde el pasado martes y hasta mañana, Trump se granjeó el malestar de los miembros de la comunidad científica, quienes no dudan en criticarlo.
La científica Gail Whiteman, fundadora de Arctic Basecamp y directora del Centro Pentland para la Sustentabilidad en los Negocios de la Universidad de Lancaster, manifestó que lejos de ser simples agoreros como los llama el mandatario estadounidense, los científicos se limitan a dar evidencias.
Por su parte, el físico de hielo marino en British Antarctic Survey, Jeremy Wilkinson, comentó sobre la importancia de recurrir a la ciencia.
«Los hechos científicos son muy importantes cuando se trata de reunir las soluciones», manifestó.
Pese a que la Organización Meteorológica Mundial confirmó que 2019 fue el segundo año más cálido jamás registrado, el presidente estadounidense arremetió contra las pruebas científicas que alertan sobre una debacle medioambiental.
En su discurso, llamó a priorizar el desarrollo y rechazar a «los profetas de la destrucción que predicen el apocalipsis«, y, al referirse a los activistas climáticos, sostuvo que «estos alarmistas siempre exigen lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada aspecto de nuestras vidas».
Uno de los primeros en criticar al ocupante de la Casa Blanca fue el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, quien cuestionó su silencio en materia ambiental.
De acuerdo con el analista climático Roger Harrabin, Trump intenta tranquilizar al club ricos de Davos sobre el clima, justo cuando los pilares del capitalismo comienzan a tratar el calentamiento global como una crisis.
Según el experto el banco Goldman Sachs ya no financiará nuevas inversiones en petróleo del Ártico o en carbón para las centrales eléctricas, decisión similar a la adoptada por el Banco Europeo de Inversiones, que dejará de proveer capital a proyectos de energía de combustibles fósiles a finales de 2021.
En un informe difundido hace pocos días por el FEM, los cinco principales riesgos globales determinados por su más reciente encuesta están asociados a los efectos adversos de eventos climatológicos o ambientales.
La publicación reveló que, a diferencia de otros años, las preocupaciones de índole económica quedaron relegadas frente a las cuestiones medioambientales.