Londres, 23 mar (Prensa Latina) El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, anunció hoy fuertes medidas de confinamiento para los británicos, en un intento de cortar la propagación de la pandemia de Covid-19.
En una alocución a la nación desde su residencia en el número 10 de Downing Street, Johnson informó que el distanciamiento social estará en vigor por al menos tres semanas, y que la Policía se ocupará de hacer que se cumpla.
A partir de esta noche, solo tengo una instrucción muy sencilla para el pueblo británico: quédense en sus casas, recalcó el gobernante.
Según explicó, la población solo deberá salir de sus hogares para comprar alimentos o medicinas, realizar ejercicios físicos una vez al día de forma individual o acompañado por un familiar, en caso de una emergencia médica o para asistir a una persona vulnerable.
Solo las personas que no puedan trabajar desde su casa o que sean indispensables en su labor, estarán autorizados a trasladarse desde y hacia sus puestos de trabajo.
Eso es todo, esos son los únicos motivos para salir de casa, recalcó Johnson, quien desaconsejó las reuniones con amigos y familiares que no vivan bajo el mismo techo.
De acuerdo con el Primer Ministro, quien el viernes pasado ordenó el cierre de las escuelas, bares, restaurantes y otros lugares de ocio, la Policía tendrá poderes para imponer multas a los que desobedezcan estas instrucciones, y para dispersar cualquier reunión pública de más de dos personas.
Johnson agregó que todas las tiendas que venden productos que no sean alimentos o medicinas también deberán cerrar de inmediato, al igual que los centros de oración.
Bodas, bautizos y demás eventos y ceremonias sociales, excepto los funerales, también quedarán prohibidos en el Reino Unido, donde hasta este lunes se confirmaron seis mil 650 casos y 335 muertes relacionadas con la Covid-19.
El Ejecutivo también presentó este lunes al Parlamento un proyecto de ley de emergencia que busca ampliar los poderes de la Policía y de otras instituciones para combatir la pandemia.
La legislación, que podría entrar en vigor esta semana, permitiría a las fuerzas del orden decretar el cierre de aeropuertos y detener a quienes incumplan las regulaciones sobre salud pública, mientras que los funcionarios de inmigración estarían autorizados a poner en aislamientos a las personas.
El gobierno pretendía que la ley estuviera vigente durante los próximos dos años, pero tras un acalorado debate en la Cámara de Comunes se acordó que los poderes extraordinarios sean revisados cada seis meses.
De su lado, el canciller del Reino Unido, Dominic Raab, pidió a todos los ciudadanos británicos que se encuentran todavía en el extranjero que regresen al país mientras sea posible.