México, 30 mar (Prensa Latina) La epidemia de Covid-19 tiene el triste mérito de alertar de forma dramática a los mexicanos sobre lo grave de la obesidad porque es la causa colateral principal de fallecimientos como reiteraron hoy especialistas.
El doctor José Luis Alomía Zegarra, director de Epidemiología y uno de los voceros de la Secretaría de Salud para la pandemia, indicó que la obesidad y el sobrepeso encabezan las causas colaterales de defunción por Covid-19.
Les siguen la hipertensión y de forma más alejada la diabetes, pero estas últimas casi siempre asociadas a la obesidad, lo cual es muy peligroso para una población que encabeza en América Latina las estadísticas de obesogénicos, y ocupa los primeros lugares en el mundo.
Los especialistas consideran que ello se debe a drásticos cambios en las pautas de alimentación de los mexicanos en las pasadas cuatro décadas, en los que se han sustituido alimentos naturales y sanos por productos altamente procesados (ricos en grasas y azúcares) que propician un ambiente favorable a la obesidad y el sobrepeso y a una creciente malnutrición.
La Secretaría de Salud estima que México enfrenta una auténtica epidemia de peso corporal excesivo en la que resultan afectados uno de cada tres niños y adolescentes y siete de cada 10 adultos, lo cual es realmente un índice extremadamente alto.
Todas las estadísticas que se llevan desde que la Covid-19 se hizo presente en México sitúan a la obesidad como una de las condiciones de mayor vulnerabilidad del ser humano ante el virus SARS-CoV2 causante de la enfermedad epidémica.
La última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensatu 2018), reveló que más de 80 por ciento de los mexicanos entre uno y más de 20 años consume bebidas no lácteas endulzadas, uno de los productos identificados para contribuir a la obesidad. Es un mal hábito no solo en las ciudades, sino en el campo también.
Hay datos dignos de asombro: en Chiapas se bebió el año pasado un promedio anual por persona de 821.25 litros de refrescos embotellados (la media mundial es de 25 litros y en México de 150) de acuerdo con un estudio del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre ese estado y la frontera sur con Guatemala.
El investigador Jaime Tomás Page Pliego, antropólogo en el mismo centro, dijo que los chiapanecos toman 2,25 litros de Coca Cola a diario. Tan solo este dato puede ser suficiente para explicar la alta prevalencia de diabetes mellitus en los Altos de Chiapas, donde los últimos 10 años ha sido la principal causa de muerte.
Otro estudio de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) del año pasado, estableció que el agravamiento de la mala alimentación favorece la coexistencia de desnutrición, sobrepeso y obesidad en el país. Sus efectos negativos se están viendo ahora con mayor dramatismo en la epidemia.
En 2018 el 76.8 por ciento de las mujeres presentó sobrepeso y obesidad (40.2 por ciento esta última) y 73 por ciento de los hombres registró ambas condiciones.
Aunque parezca increíble, como resultado de la llamada comida chatarra y la mala alimentación, existe una marcada disminución en el consumo de maíz y frijol que eran básicos en la dieta nacional.
No por gusto, entre los propios mexicanos se dice que este país es el modelo ideal para las esculturas del artista colombiano Botero, apodado aquí el rey de los gordos.