Se opone Trump a cuarentena mientras Covid-19 causa estragos en EE.UU.

Washington, 7 abr (Prensa Latina) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene hoy su oposición a una cuarentena federal, mientras declara que existe una luz al final del túnel en momentos que la Covid-19 causa estragos en el país.


Trump respalda este rechazo basado en el federalismo y en la constitución estadounidense, que otorga el poder a los gobernadores para que tomen la decisión en sus estados, en una especie de «haga cada quien en su lugar lo que considere oportuno».


De ahí que algunos expertos señalen que la respuesta de los Estados Unidos a la pandemia del nuevo coronavirus resulta aleatoria, un mosaico de reglas aplicadas de manera inconsistente.


Al menos ocho estados de la Unión no han hecho efectiva la orden de Quedarse en casa, también conocida como «Stay-at-home» y «Shelter-in-Place», y muchos aplican la restricción hace poco tiempo.


«Estamos sufriendo una maraña de medidas a medias que probablemente se prolonguen durante meses y que no resuelven el problema», advirtió una opinión publicada en el diario The New York Times.


La doctora Deborah Birx, coordinadora de la estrategia federal contra la Covid-19, provocada por el coronavirus SARS-Cov-2, sí que pidió a todas las personas que permanezcan en casa y recomendó a quienes viven en zonas de alto riesgo que incluso reduzcan al máximo sus movimientos a supermercados y farmacias.


Según el artículo del Times, actualmente a la mayoría de las personas enfermas no se les ofrece atención aquí hasta que su condición es crítica, lo que a menudo es demasiado tarde.


Los especialistas valoran que además de tratar a los contagiados y mantener el distanciamiento físico, es preciso dictar pautas clave, no solo para frenar el aumento de los casos de Covid-19, sino también para doblar la curva hacia abajo.


Por ello critican fallas de la administración Trump en la realización de las pruebas a la población, en el aislamiento de los infectados, el rastreo de los contactos de los enfermos y en ponerlos en cuarentena de manera apropiada, como ha ocurrido en otros países que muestran resultados en la lucha contra la pandemia.


Pese al anuncio de una semana dura en cuanto a las muertes por la Covid-19, el mandatario insistió la víspera en su intención de «volver a la normalidad» lo antes posible.


Durante su intervención en la sesión informativa diaria, Trump aludió a que «hay mucha luz al final del túnel», las mismas palabras que expresó el domingo y que generaron gran controversia.


La máxima autoridad del país en temas de epidemiología, el doctor Anthony Fauci, había advertido poco antes que Estados Unidos tenía que prepararse para el aumento del número de muertes.


Desde que se detectó el primer caso a finales de enero, el país experimentó una explosión de infecciones y decesos. Datos de prensa cifran en más de 337 mil la cantidad de contagiados y en unos 10 mil 500 los fallecidos. Estados Unidos es el expicentro mundial de la pandemia.


Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, subrayó que «si volver a la normalidad quiere decir actuar como si nunca hubiera habido un problema de coronavirus, no creo que eso vaya a ocurrir hasta que (…) se pueda proteger completamente a la población» pues significa encontrar una vacuna.


Pero Trump, desafiante y optimista, afirmó «tener toda la seguridad de que las vacunas llegarán pronto» y sin dar detalles sobre el desarrollo de un posible antídoto contra el mal expresó que «nos está yendo muy bien».


Las posturas del gobernante republicano con respecto a esta crisis difieren generalmente de la de los expertos sanitarios, apuntan observadores.
El asunto -dicen- es que el enfoque político de la Casa Blanca tiene dos vertientes: tranquilizar a los mercados y recuperar la situación económica mientras que el de salud va dirigido a frenar las posibilidades de contagio y salvar vidas.