Berlín, 16 abr (Prensa Latina) La canciller federal de Alemania, Ángela Merkel, defendió hoy el papel protagónico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para enfrentar la Covid-19, pandemia que ocasionó más de 137 mil fallecidos en el orbe hasta la fecha.
De acuerdo con un comunicado difundido por el portavoz gubernamental Steffen Seibert, la jefa del Ejecutivo germano expresó durante una conferencia virtual del G-7 que la enfermedad solo puede vencerse con una fuerte y coordinada respuesta internacional.
En esa acción, agregó, juega un papel esencial la OMS junto a otras instituciones, entre las que mencionó a la Alianza Global para las Vacunas y el Foro Global.
El pronunciamiento de Merkel sucede dos días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenara la congelación de los fondos que su país aporta a la máxima instancia de salud a nivel mundial.
Esa medida respondió al descontento del mandatario norteamericano con la gestión emprendida por la OMS para enfrentar la pandemia.
Según el presidente de la nación norteña, «la organización no actuó a tiempo y se limitó a confiar en las informaciones y el proceder de las autoridades chinas».
Tales palabras generaron diversas reacciones dentro y fuera de Estados Unidos, donde numerosas voces calificaron la acción como peligrosa, errónea y políticamente motivada.
El secretario general de la ONU, António Guterres, reiteró su apoyo a la OMS y recalcó que no es momento de reducir los recursos para las operaciones de esa entidad o cualquier otra organización humanitaria que lucha contra el nuevo coronavirus.
A través de su cuenta en Twitter, el ministro de relaciones exteriores de esta nación, Heixo Maas, expresó que buscar culpables no ayuda, y llamó a trabajar estrechamente contra la Covid-19.
Por su parte, Howard Catton, jefe del Consejo Internacional de Enfermería con sede en Ginebra, Suiza, declaró que lo último que se necesita ahora es retirar fondos y socavar a la OMS.
El director general de esta organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su confianza en que otros países puedan cubrir el hueco financiero creado por la decisión del gobierno de Estados Unidos, que ronda los 500 millones de dólares al año.