Washington, 18 abr (Prensa Latina) El interés del presidente Donald Trump en reabrir Estados Unidos lo más pronto posible enfrenta hoy el reto de que el país logre incrementar considerablemente su capacidad de pruebas para detectar el coronavirus SARS-Cov-2.
Hace dos días el jefe de la Casa Blanca presentó guías con sugerencias a los estados sobre cómo comenzar a reabrir sus economías en tres fases, las cuales implicarían relajar de forma gradual las medidas de distanciamiento adoptadas para frenar la propagación de la pandemia, aunque dejó las decisiones a los gobernadores.
Pero a medida que líderes estatales consideran aliviar algunas restricciones a partir del 1 de mayo, estimaciones de expertos de la Universidad de Harvard sugieren que Estados Unidos no puede reabrir de manera segura a menos que durante el próximo mes realice más de tres veces la cantidad de pruebas de coronavirus aplicadas actualmente.
Según el Proyecto de Seguimiento de Covid, lanzado por la revista The Atlantic, en lo que va de abril se han examinado en el país un promedio de 146 mil personas por día, para un total de 3,6 millones de pruebas realizadas a nivel nacional hasta ayer.
Para reabrir Estados Unidos a mediados de mayo, el número de pruebas diarias desde ahora hasta ese momento debería ser de 500 mil a 700 mil, según las estimaciones de Harvard.
Los investigadores del centro de altos estudios sostienen que ese nivel de exámenes es necesario para identificar a la mayoría de las personas infectadas y aislarlas de las sanas.
Alrededor de un 20 por ciento de los analizados hasta ahora fueron positivos para el virus, causante de la enfermedad Covid-19, una tasa que, según los especialistas, es demasiado alta.
«Si tienes una tasa positiva muy alta, significa que probablemente haya un buen número de personas con la enfermedad que no han sido examinadas», manifestó el director del Instituto de Salud Global de Harvard Ashish Jha, citado por el diario The New York Times.
El experto remarcó la importancia de reducir la tasa positiva, porque el elemento fundamental para mantener abierta la economía es asegurarse de identificar a tantas personas infectadas como sea posible y aislarlas.
Los investigadores añadieron que ampliar las pruebas podría reducir la tasa de casos positivos a un 10 por ciento, la máxima recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
Asimismo, existe variaciones en las cantidades de pruebas hechas en cada estado, pero se necesitan más exámenes en cada lugar para llegar al nivel que sugieren los especialistas: un mínimo de aproximadamente 152 por cada 100 mil personas.
Una gráfica publicada por el Times con datos del Proyecto de Seguimiento de Covid arroja que los territorios con mayor tasa de pruebas en la actualidad son Luisiana, con 124 por cada 100 mil habitantes, Nueva York (118), Maine (87), Connecticut (85) y Mississippi (84).
En el extremo contrario se encuentran Minnesota (24), Wisconsin (25), Iowa y Texas (27), Idaho y Nebraska (28), Montana (29), Oregón (30), Alaska (31) y Arkansas (35).
A principios de marzo pasado, Trump, quien en los momentos iniciales minimizó la pandemia, llegó a decir que cualquier estadounidense que quisiera someterse a una prueba de coronavirus, podría hacerlo.
Más de un mes después de esa afirmación, la realidad ha sido muy diferente: las personas informan que no pueden hacerse la prueba, y los laboratorios y los funcionarios públicos dicen que la escasez crítica de suministros hace que sea imposible aumentarlas a los niveles recomendados por los expertos, señaló un artículo del diario en línea The Huffington Post.
Esta semana, gobernadores, grupos de médicos y directores de laboratorios pidieron a la administración que aborde la escasez de hisopos, equipo de protección y productos químicos altamente especializados necesarios para analizar el material genético del virus.
Los hospitales y los departamentos de salud estatales informan que recorren el mundo para asegurar pedidos de suministros, mientras compiten entre sí y con sus pares en el extranjero en un sistema que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, describió como caótico.
El plan presentado por Trump el jueves coloca sobre los estados la responsabilidad de implementar los diagnósticos, pero funcionarios a ese nivel y en las ciudades, así como los directores de laboratorios, dicen que no pueden ampliar las pruebas hasta que haya más suministros.
La publicación The Hill reportó que ayer estallaron tensiones entre demócratas e independientes del Senado y el vicepresidente del país, Mike Pence, cuando los legisladores presionaron a los funcionarios de la administración durante una conferencia telefónica para obtener respuestas sobre el tema de las pruebas.
Uno de los participantes en ese diálogo fue el independiente Angus King, quien, según fuentes citadas por el medio, calificó la postura de la administración Trump de dejar esa labor a los estados como una abdicación de responsabilidad por parte del gobierno federal.