Panamá, 15 may (Prensa Latina) Los cierres de fronteras en Centroamérica tienen estancados hoy en Panamá a dos mil 532 migrantes ilegales que entraron por trochas de la selvática frontera con Colombia, informó el Servicio Nacional de Migración (SNM).
La institución aseguró que en medio de la pandemia por Covid-19 se detuvo el flujo irregular y a la mayoría (mil 993) de los que ingresaron los mantienen en dos campamentos en la oriental provincia de Darién, cerca de la línea divisoria binacional, y el resto en otro albergue en el extremo occidental, próximo al límite con Costa Rica.
Hasta el momento 43 migrantes presentan contagio del nuevo coronavirus, lo que obligó a aislar a 119 de ellos por constituir la cadena de contactos y aunque la información gubernamental no ofreció detalles del estado de salud de los infectados, afirmó que no ocurrieron decesos.
«A todos estos migrantes se les atiende con alimentación, insumos de salud e higiene personal, así como lo necesario para la comodidad de su estadía en el país, mientras se normaliza la situación sanitaria en el mundo», informó el SNM al tiempo que aseguró que los irregulares podrán continuar su ruta cuando las condiciones lo permitan.
En consonancia con su política de «flujo controlado», las autoridades esperan la reapertura de las fronteras internacionales y que Costa Rica los reciba, para lo cual tomarán en consideración las flexibilizaciones de salud de cada país, incluidas las naciones de procedencia, tomando en cuenta que algunos pudieran ser repatriados o deportados.
Entre las nacionalidades de los ilegales se destacan haitianos, brasileños, chilenos, ecuatorianos, guineanos, angolanos y esrilanqués, entre los cuales llama la atención la presencia de niños, cinco de ellos nacidos en Panamá y otros en países por donde los migrantes transitaron como Ecuador, Chile y Brasil.
Cerca de 24 mil personas de más de 50 nacionalidades, de ellas el 16 por ciento niños, niñas y adolescentes, cruzaron la selva del Darién en Panamá durante el 2019, indicó en marzo pasado un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
«El dramático incremento en el número de niños y niñas migrantes, desplazándose a través de la selva del Darién, destaca la urgente necesidad de acción para protegerles y garantizar su acceso a servicios esenciales como agua, salud e higiene», expresó la representante de Unicef en Panamá, Kyungsun Kim.
Desde 2010 a 2019, las estadísticas del Servicio Nacional de Migración arrojaron que 111 mil 159 personas utilizaron la ruta de la inhóspita selva que comparten Colombia y Panamá, para ingresar ilegalmente a Panamá, movimiento que tuvo anteriormente sus picos en los años 2015 (28 mil 289) y 2016 (30 mil 055) con fuerte presencia de los antillanos, seguidos de asiáticos y africanos.