Washington, 16 jun (Prensa Latina) Al menos 96 organismos de aplicación de la ley en Estados Unidos utilizaron el gas lacrimógeno para reprimir a civiles en las protestas de las últimas semanas, informó hoy el diario The New York Times.
La aplicación del tóxico ocurrió en las movilizaciones contra la brutalidad policial y el racismo, en la mayoria de los casos en grandes ciudades, según un análisis del medio de prensa.
En este breve período se produjo el uso doméstico más extendido de gas lacrimógeno contra los manifestantes desde los largos años de disturbios de finales de los años ‘60 y principios de los ‘70, advirtió Stuart Schrader, de la Universidad Johns Hopkins.
Miles y miles de personas salieron a las casllees pensando que iban a una protesta pacífica y se encontraron con una respuesta policial realmente agresiva, añadió el experto, citado por el rotativo neoyorquino.
«Eso en sí mismo es un poco horrible. La policía ha conseguido que la gente se enoje más», añadió.
El Times se puso en contacto con los departamentos de policía y revisó fotos, vídeos, reuniones informativas para la prensa y declaraciones acerca de cientos de incidentes en todo el país desde el 26 de mayo, cuando comenzaron las primeras protestas en Minneapolis tras el asesinato de George Floyd.
Los gases lacrimógenos se han utilizado durante mucho tiempo para dispersar multitudes durante protestas y disturbios, tanto a nivel nacional como internacional, a pesar de estar prohibidos en la guerra por la Convención sobre Armas Químicas, recordó el periódico.
La exposición prolongada o las altas dosis pueden provocar daños permanentes en la visión, asma y otras lesiones a largo plazo; además, las investigaciones demuestran que la sustancia y otras armas que han sido consideradas por las fuerzas del orden como no letales pueden herir gravemente y a veces incluso matar.
También hay pruebas de que el uso de gas lacrimógeno podría empeorar la propagación de la Covid-19 en el país, de hecho el epicentro de la pandemia a nivel global por el número de contagios (más de dos millones) y la cifra de muertes (alrededor de 118 mil).
«El uso de la fuerza intensificada por parte de los agentes del orden, todo lo que sirve es para aumentar la violencia, aumentar las lesiones», afirmó Jennifer Cobbina, profesora de la Escuela de Justicia Penal de la Universidad Estatal de Michigan, quien estudia las protestas relacionadas con la raza.
Para Cobbina «la misión principal de un oficial de policía es mantener la paz y proteger, y servir».
Algunos legisladores pidieron que se prohíba el uso del gas lacrimógeno en Massachusetts y Nueva Orleans. Otras ciudades, incluyendo Denver, Seattle, Portland y Dallas, restringieron temporalmente su utilización.