Washington, 23 jun (Prensa Latina) El presidente Donald Trump pudiera rendirse en su afán de reelegirse en Estados Unidos, según comenta hoy el sitio en internet Theweek.com.
Un análisis publicado en ese portal aborda la poca concurrencia al mitin electoral de Trump el sábado último en Tulsa, Oklahoma, y plantea que el mandatario regresó a la Casa Blanca con un porte abatido y derrotado.
Los wags de Internet lo apodaron «paseo de la vergüenza». Sin embargo, Trump suele parecer inmune a la vergüenza, así que consideremos otra posibilidad: que el presidente el sábado por la noche se diera cuenta de que ya no puede negar que el fin de su presidencia está probablemente cerca, señala la publicación.
Aunque plantea que aún no se llegó a esa situación, las probabilidades no parecen estar a favor de Trump, cuando las últimas encuestas marcan una notoria diferencia frente al demócrata Joseph Biden.
Indica la publicación que los estados en conflicto, los llamados péndulos que se mueven hacia uno u otro candidato, también se están volviendo contra el presidente, y hay señales de que está perdiendo su ventaja con los votantes ancianos y evangélicos, estos últimos partes importantes de su base de apoyo.
El mismo Trump se ha apartado de su habitual bravuconería en las últimas semanas para reconocer que podría perder las elecciones. Y eso fue antes del mitin de este fin de semana con poca asistencia, agrega.
Comenta el sitio que Biden expresó abiertamente su preocupación de que los aliados de Trump roben las elecciones mediante la supresión de votantes y el fraude. Otros temen que se niegue a dejar la Oficina Oval en caso de una pérdida electoral. Cualquiera de los escenarios amenazaría la transición pacífica del poder, asegura.
¿Qué pasa si se da por vencido? La Constitución ordena un intervalo de dos meses y medio entre las elecciones y el día de la inauguración. Para un hombre ensimismado como Trump, es mucho tiempo para revolcarse en su derrota, asevera Theweek.com.
Ante la posibilidad de una derrota, el gobernante podría responder abandonando los deberes críticos del gobierno.
Podría tratar de encubrir cualquier maldad que él y sus sustitutos hayan cometido desde que llegó a la Casa Blanca. Y podría, señala, pasar los días que le quedan en el cargo con teorías de conspiración de que las elecciones fueron amañadas en su contra.
Como ejemplo, precisa la publicación, el fiscal general William Barr, durante el fin de semana, purgó al fiscal de Estados Unidos que estaba supervisando muchos de los casos criminales restantes contra el presidente y sus compinches.
Asimismo subraya que el presidente continúa socavando la confianza de los americanos en las elecciones, afirmando sin fundamento que el voto por correo está lleno de fraude.