La Habana (Prensa Latina) Tal como vaticinaron expertos, la Covid-19 encontró en Australia un nuevo resquicio para expandirse y obligó a un retroceso en el camino hacia la nueva normalidad, con el vitoreado plan gubernamental de las tres fases.
El Gobierno australiano, tras detectar el primer caso del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, aplicó medidas restrictivas como el cierre de aeropuertos, la prohibición de actividades en lugares públicos y el confinamiento obligatorio.
Como resultado, en mayo, el país continente exhibió excelentes resultados con la contención de la enfermedad que hasta ese periodo la padecieron poco más de siete mil nacionales y provocó la muerte a otros 100.
Actualmente, luego de casi dos meses de la activación del programa gubernamental para la desescalada, la nación combate una segunda ola de contagios y muertes debido al incumplimiento de normas sanitarias y de distanciamiento social, cuya situación preocupa a las autoridades por su difícil control.
Al parecer, según la prensa, el promiscuo uso de un encendedor de cigarrillos entre los guardias de seguridad de un hotel en la ciudad de Melbourne, estado de Victoria, detonó el rebrote por el cual ya se contabilizan más de cuatro mil 500 infecciones desde principios de este mes.
El Ejecutivo comenzó una investigación judicial para analizar el incidente en la instalación hotelera que brindaba servicios a los viajeros que llegaban del exterior y eran sometidos a una cuarentena obligatoria.
La pesquisa, que deberá entregar su informe final el 25 de septiembre, también abordará el impacto de la Covid-19 en la comunidad, así como las medidas adoptadas por las autoridades ante la pandemia.
En el contexto actual, la población de Melbourne y del aledaño municipio rural de Mitchell, más de cinco millones de personas, se encuentran en confinamiento hasta el 21 de agosto, pues no han podido frenar las transmisiones locales.
Con el objetivo de contener la propagación del nuevo coronavirus, el gobierno nacional también cerró la frontera entre Victoria y Nueva Gales del Sur y para el control de la zona limítrofe envió un fuerte dispositivo de seguridad .
Además, decretó la reducción de las entradas de vuelos internacionales.
Pese a las medidas restrictivas, trabajadores temporales, con síntomas o a la espera de las pruebas, siguieron saliendo a las calles, de acuerdo con medios de prensa.
No obstante, las autoridades expresaron su preocupación por el incremento en Victoria de los ingresos en los hospitales y de los casos críticos por el mal respiratorio.
El primer ministro de Victoria, Daniel Andrews, dijo a la prensa que la cantidad de personas en los centros sanitarios con la enfermedad se triplicó la semana pasada, mientras que aumentó en cuatro veces la cifra de pacientes en cuidados intensivos.
Manifestó su preocupación por el número cada vez mayor de personas que necesitan atención médica y calificó de muy seria la situación.
En ese estado, fueron cerradas seis prisiones en el estado de Victoria, luego que un guardia de seguridad dio positivo a la Covid-19, y posteriormente se instaló el confinamiento para la población penal de otras instalaciones de este tipo.
La primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, consideró poco realista la creencia de que su estado ya había salido de la crisis sanitaria y afirmó que siempre habrá un elemento de riesgo por la gran cantidad de población en el territorio y el retorno de ciudadanos que viajaron al exterior.
También alertó sobre el peligro de aumento de contagios por el gran número de personas asintomáticas.
Ante la actual coyuntura, especialistas manifestaron la necesidad de aplicar medidas más estrictas para controlar los brotes de la Covid-19 y mencionaron, entre ellas, el uso obligatorio de máscaras y el cumplimiento del distanciamiento social.
Economía en picada por la Covid-19
La actividad económica de Victoria representa el 25 por ciento de la dinámica en el país, por ende no es de imaginar el negativo efecto de la pandemia a nivel nacional.
El Gobierno actuó de manera rápida y decisiva para brindar apoyo económico a los trabajadores, hogares y negocios con un presupuesto de más de 206 mil millones de dólares estadounidenses, equivalente al 14,6 por ciento, de acuerdo con el secretario del Tesoro, Josh Frydenberg.
Pese a la inyección, Australia se enfrenta a una caída histórica del siete por ciento en su producto interno bruto en el segundo trimestre de este año, advirtió.
El país se acerca también a su primera recesión en casi 30 años y puede sufrir el déficit público más elevado desde la Segunda Guerra Mundial, así como un aumento del desempleo, informó.
No obstante, el secretario del Tesoro matizó los presagios tildándolos de previsiones y consideró prudente esperar por los números finales cuando se presente en octubre el presupuesto federal. Lo cierto es que, como otras naciones, Australia demostró que los sueños de una pronta recuperación económica deberán esperar por el control mundial de la pandemia.