Madrid, 3 ago (Prensa Latina) Los médicos internos residentes (MIR) de Madrid iniciaron hoy su cuarta semana de una huelga indefinida para exigir a las autoridades de esta región española un convenio laboral justo que ponga fin a su situación de precariedad.
A diferencia de los tres lunes anteriores, la protesta no estuvo acompañada de la manifestación por el centro de la capital y la sentada en la emblemática Puerta del Sol, frente a la sede del gobierno de esta comunidad autónoma (región).
Según el comité de huelga, el apoyo a la medida de fuerza sigue siendo masivo, pese a coincidir hoy con el inicio de las vacaciones, y se quejan de no haber tenido noticias de la Consejería (ministerio regional) de Sanidad desde el pasado jueves.
Precisamente, la decisión de no manifestarse este lunes era una muestra de buena voluntad para favorecer el avance de las negociaciones y dada la desfavorable evolución de la crisis sanitaria, con nuevos contagios de la Covid-19, indicó.
Los MIR explicaron que lograron algún avance significativo en las negociaciones con la Consejería, pero sin poder firmar un documento de compromiso ni desconvocar la huelga por falta de acuerdo en los aspectos económicos.
Entre sus exigencias sobresalen, además de garantizar el descanso post guardias, elevar la retribución económica por hora de guardia, garantizar una adecuada supervisión de los residentes más jóvenes por un médico y un mínimo de días de formación a la semana.
Unos cuatro mil 600 trabajadores residentes en formación -médicos, enfermeros, personal de farmacia o radiofísicos- secundan la huelga, tras fracasar el diálogo sobre la mejora de sus condiciones con la Comunidad de Madrid, región administrada por la derecha.
«La Comunidad de Madrid lleva ignorando al colectivo MIR desde hace años», denunció la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts).
En reiteradas ocasiones, la Amyts aseguró que los residentes de esta autonomía son utilizados como mano de obra barata por los hospitales, que en muchos casos les obligan a trabajar sin libranza tras guardias de 24 horas y atender pacientes con limitada o nula supervisión de un médico adjunto.
Tras aprobar el examen MIR de ámbito nacional, estos jóvenes inician una formación teórico práctica programada durante cuatro-cinco años, tutelada y evaluada, para obtener el título de especialista.
Aunque en 2006-2008 se aprobaron dos reales decretos que regulan esta relación laboral especial, el residente «se convierte desde su entrada en el hospital en mano de obra barata, siendo sometido a una alta presión física, psicológica y académica», remarcó la Amyts.
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