El cambio climático golpea a California

Washington, 12 sep (Prensa Latina) El cambio climático constituye hoy un fenómeno muy real para los residentes del estado norteamericano de California, donde múltiples incendios ya quemaron este año más de tres millones de acres (12 mil kilómetros cuadrados).


«El cambio climático, en palabras de un científico, está golpeando a California en la cara», expresó al respecto un artículo del diario The New York Times, el cual remarcó que la crisis en el territorio más poblado de Estados Unidos es más que una simple acumulación de catástrofes individuales.


Lo vivido en California, apuntó el texto, es un ejemplo de algo que ha preocupado a los expertos en clima durante mucho tiempo, pero que pocos esperaban ver tan pronto: un efecto de cascada, en el que una serie de desastres se superponen, desencadenándose o amplificándose entre sí.


El total de tres millones de acres quemados este año, incluso antes de la llegada del pico de la temporada de incendios, constituye un récord para un estado donde en la actualidad hay más de 25 fuegos azotando a la vez a través de la naturaleza seca.


Hace dos días, el siniestro bautizado como August Complex se convirtió en el más grande en la historia del territorio, tras quemar 472 mil 185 acres (mil 910 kilómetros cuadrados) y superar así al Mendocino Complex de 2018, el cual destruyó entonces más de 459 mil acres (mil 860 kilómetros cuadrados).


Luego el August Complex creció aún más cuando se fusionó con el fuego bautizado como Elkhorn, lo que dio origen a un siniestro gigantesco que ha quemado más de 746 mil 600 acres (tres mil 21 kilómetros cuadrados) y arrasa dos parques nacionales, el Mendocino y Shasta-Trinity.


A pesar del área que abarca, ese incendio ha sido menos mortal y destructivo que otros de los que azotan en California desde el mes pasado, debido a su remota ubicación.


Sin embargo, otros que se propagaron cerca de pueblos y suburbios de las colinas han tenido un saldo más negativo, entre ellos el North Complex, cerca de la ciudad de Oroville, el cual se convirtió esta semana en un fuego infernal que hasta ayer había dejado al menos 10 muertes, en tanto 16 personas estaban desaparecidas.


Ese fuego ya quemó más de 252 mil acres (mil 20 kilómetros cuadrados) y obligó a abandonar sus hogares a unos 20 mil residentes en los condados de Plumas, Butte y Yuba.


Asimismo, en el extremo norte de California, el incendio Slater iniciado el miércoles pasó de 30 mil acres (120 kilómetros cuadrados) a más de 120 mil (485 mil kilómetros cuadrados) en la mañana del día siguiente.


Esas llamas cruzaron la frontera hasta el vecino Oregón, un estado que también enfrenta varios siniestros y donde se anunciaron órdenes de evacuación para medio millón de personas.


Daniel Berlant, portavoz del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California, declaró a la prensa que las condiciones peligrosamente secas llevaron «a incendios explosivos que realmente nos han disparado más allá de la marca de los tres millones (de acres) por primera vez en nuestra historia registrada».


Con varios meses más de temporada de incendios, desafortunadamente, este número podría seguir aumentando, advirtió.


El Times señaló que los incendios forestales intensamente calientes no solo están expulsando a miles de personas de sus hogares, sino que también provocan que sustancias químicas peligrosas se filtren en el agua potable.


Las advertencias de calor excesivo y el aire sofocante amenazan la salud de las personas que ya luchan durante la pandemia de la Covid-19, y el peligro de más incendios forestales llevó a las compañías de seguros a cancelar las pólizas para propietarios de viviendas, apuntó el periódico.


Científicos del clima citados por la publicación manifestaron que el mecanismo que impulsa la crisis de los incendios forestales es sencillo: el comportamiento humano, principalmente la quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, libera gases de efecto invernadero que aumentan las temperaturas, deseca los bosques y los prepara para arder.


Mark Harvey, quien fue director de resiliencia en el Consejo de Seguridad Nacional hasta enero, consideró que el gobierno estadounidense hace un muy mal trabajo al analizar escenarios en cascada. «La mayoría de nuestros sistemas están diseñados para manejar un problema a la vez».


En este contexto, el gobernador del estado, el demócrata Gavin Newsom, manifestó ayer que California hará más para combatir el cambio climático y criticó a la administración del presidente Donald Trump por promover políticas que reducen las protecciones ambientales.


Newsom advirtió que los problemas que enfrentan California y los estados a lo largo de la costa oeste pronto se experimentarán en todo el país. «Esta es una maldita emergencia climática. Esto es real y está sucediendo», afirmó.