Washington, 11 ene (Prensa Latina) El Partido Demócrata de Estados Unidos se debate hoy en medio de la duda sobre si un juicio político contra el presidente Donald Trump afectará al recién electo mandatario, Joe Biden.
Los miembros de esa tolda en la Cámara de Representantes están listos para iniciar el proceso de impugnación, pero hay división dentro del partido sobre el proceso y la política de lo que sería el segundo esfuerzo de impugnación en el Congreso en poco más de un año.
Según el diario digital The Hill existe preocupaciones de que la impugnación podría resultar contraproducente al herir a Biden durante sus primeros 100 días en el cargo, distrayéndolo del enfoque de nuevo comandante en jefe en la lucha contra la pandemia del coronavirus y la curación de las divisiones de la nación.
Por otra parte, un análisis de los sucesos del 6 de enero de Jeffrey D. Sachs, profesor y director del Centro de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia, publicado en Poject Syndicate, estima que Trump cometió un delito capital al avivar la sedición con el asalto al Capitolio en Washington.
Precisó el académico que el país «tiene una larga historia de violencia de las turbas alimentada por políticos blancos al servicio de los americanos blancos ricos. Lo que fue inusual esta vez es que la turba blanca se volvió contra los políticos blancos, en lugar de la gente de color, que son generalmente las víctimas», señaló.
Por supuesto, indicó, las circunstancias de estos disturbios son cruciales y el objetivo era intimidar al Congreso para que detuviera la transición pacífica del poder. Esto es sedición, y al avivarla, Trump ha cometido un delito capital, subrayó Sachs.
En sus valoraciones, el académico manifestó que el mandatario representa la esencia de la derecha americana con un papel definido de acaparar el Poder Judicial, reducir los impuestos para las empresas y los ricos, y retroceder en contra de las demandas de gasto social y la regulación del medio ambiente.
Aunque se mantuvieron pegados y apoyando al gobernante durante sus años en el poder, ahora los republicanos están mucho más divididos en cuanto a cómo avanzar, con algunos en el partido todavía aferrándose a Trump.
Al respecto, Mick Mulvaney, exjefe de presupuesto de la Casa Blanca, jefe de personal en funciones y excongresista de Carolina del Sur, señaló este domingo que creía que varios republicanos considerarían al menos apoyar una campaña de destitución.
Según medios políticos y de prensa no está claro si será posible ganar los 67 votos del Senado necesarios para lograr una condena, y ningún nuevo presidente querría tratar ese tema como su primer asunto en el cargo.