Washington, 19 abr (Prensa Latina) Más de 150 tiroteos masivos se registraron desde inicios de año hasta hoy en Estados Unidos, país donde casi 20 mil personas murieron a causa de la violencia armada en 2020.
Durante el pasado año, en medio del fuerte impacto de la pandemia de la Covid-19 en la nación norteña y el resto del mundo, disminuyó la cantidad de titulares sobre hechos de ese tipo, pero eso no significó que hubiera un descenso en la cifra de tales crímenes.
Según el Archivo de la Violencia Armada, una organización sin fines de lucro que posee una base de datos de esos sucesos, durante 2020 hubo 610 tiroteos masivos en territorio norteamericano, un incremento considerable en relación con los 417 de 2019.
Esa misma fuente sostiene que en esos 12 meses perdieron la vida 19 mil 394 personas a causa de asesinatos, homicidios o hechos involuntarios, a lo cual se sumaron 24 mil 156 suicidios con armas de fuego, cifras también más altas que las del año previo.
La gran mayoría de estas tragedias ocurren lejos del centro de atención nacional, al desarrollarse en cambio en los hogares o en las calles, y, como la crisis de la Covid-19, afectan de manera desproporcionada a las comunidades de afronorteamericanos, señaló en marzo último un artículo del diario The Washington Post.
El texto periodístico se publicó a raíz de dos tiroteos que acontecieron ese mes, uno que dejó ocho víctimas mortales en salones de masajes de Atlanta, Georgia; y otro que tuvo un saldo de 10 fallecidos en un supermercado de Boulder, Colorado.
«Hasta dos ataques letales este mes, los tiroteos masivos habían estado ausentes en gran parte de los titulares durante la pandemia del coronavirus. Pero la gente seguía muriendo, a un ritmo récord», indicó el periódico.
Las cosas no mejoraron en abril, mes durante el cual se produjeron más eventos de este tipo, definidos por el Archivo de la Violencia Armada como hechos en los que cuatro o más personas resultan heridas o muertas, sin incluir al perpetrador.
Solo este fin de semana esa organización contabilizó cinco tiroteos masivos, dos de ellos en Luisiana, y los restantes en Wiconsin, Michigan y Ohio, con un total de cinco fallecidos y 24 lesionados.
El más mortífero fue el ocurrido este domingo en un bar de una universidad en Kenosha, Wisconsin, donde tres hombres perecieron e igual cantidad fueron trasladados a un hospital con heridas de balas, según informaron las fuerzas del orden.
Los incidentes del fin de semana tuvieron lugar después de que el jueves en la noche un individuo armado mató a ocho personas e hirió a siete, y luego se suicidó, en un centro de la compañía postal FedEx de Indianápolis, Indiana.
Tales eventos forman parte de los 153 tiroteos masivos reportados en el país desde inicios de año, y de los 50 que se produjeron solo desde el pasado 16 de marzo.
Esas cifras originan que medios de prensa y expertos insistan en hablar de que se trata de una epidemia de violencia armada, término también empleado por el presidente Joe Biden, cuando el 8 de abril emitió una serie de órdenes ejecutivas para abordar ese problema.
A decir de la cadena de televisión CNN, es acertado emplear el vocablo epidemia porque hay una gran cantidad de datos que lo demuestran, entre ellos que, de todos los homicidios acontecidos en 2019, el 73 por ciento estuvieron relacionados con armas de fuego.
Otro número citado por CNN es que Estados Unidos tiene un promedio de 120,5 armas de fuego por cada 100 residentes, más del doble de la nación que le sigue en el mundo en ese indicador, Yemen (52,8 por cada 100 personas).
Asimismo, en el país norteño se compraron casi 23 millones de artefactos durante 2020, un nuevo récord.
Las órdenes firmadas por Biden incluyen, entre otros, esfuerzos para restringir las conocidas como armas fantasma, que pueden construirse mediante tecnología 3D, piezas compradas en línea o siguiendo instrucciones disponibles en la web.
Sin embargo, esas medidas no parecen ser la solución para el problema, pues tienen un alcance limitado, mientras continúa la inacción del Congreso para adoptar acciones más severas, advirtieron analistas.