Washington, 24 may (Prensa Latina) Estados Unidos pretende ser campeón de los derechos humanos cuando persisten la desigualdad institucionalizada y la violencia policial contra los estadounidenses negros, valoró el politólogo M. Reza Behnam en un artículo en original.antiwar.com.
La aproximación al problema ocurre en días previos al 25 de mayo, el primer aniversario de la muerte de George Floyd, un afroestadounidense, de 46 años, que murió asfixiado por la rodilla de un policía blanco en la ciudad de Minneapolis.
«Este día de brutalidad abrió los ojos del mundo a la difícil situación de los afroamericanos», según aparece en el sitio web del George Floyd Memorial Center, algo que Behnam recrea en su artículo «Raza y violencia en Estados Unidos e Israel».
La muerte de Floyd a manos de Derek Chauvin, un agente con 17 años de servicio en el Departamento de Policía de Minneapolis, quien sostuvo su rodilla sobre el cuello de su víctima durante más de nueve minutos, hasta que el afroestadounidense se desmayó y murió, reavivó las protestas en el país sobre la discriminación racial.
Un vídeo del suceso grabado por una joven de 17 años, testigo de la tragedia, provocó movilizaciones contra la injusticia racial y la brutalidad policial en todo el mundo, y en Estados Unidos blancos y negros se manifestaron en las protestas más grandes desde el movimiento de derechos civiles de la década de 1960.
En este aniversario, el presidente Joe Biden recibirá en la Casa Blanca a los familiares de Floyd, desde donde se espera cumpla su compromiso de desmantelar el «racismo sistémico», fenómeno existente reconocido por Kamala Harris, la primera mujer negra que como vicepresidente integró la fórmula ganadora en noviembre 2020.
Sin embargo, Biden enfrenta una dura oposición de los republicanos en el Congreso para aprobar una ley denominada George Floyd, que pondría coto a la violencia policial contra los negros.
Ahora, los estadounidenses esperan el 25 de junio para conocer el veredicto final contra Chauvin, declarado culpable el 20 de abril de la muerte de Floyd.
Mientras llega el desenlace no son pocos los análisis sobre el racismo en la sociedad estadounidense.
Por ejemplo, Behnam, politólogo especializado en el análisis de la política estadounidense señala que el racismo se introdujo en el país cuando se crearon las colonias americanas «solo para cristianos blancos».
Planteó que en «Estados Unidos, el objetivo era «beneficiarse de la mano de obra gratuita de los afroamericanos, al tiempo que se dominaban todos los aspectos de sus vidas. Se inventaron estereotipos y caricaturas racistas para hacer invisibles a los afroamericanos y privarlos de su historia, identidad y humanidad».
La 14ª Enmienda de la Constitución establece que todas las personas deben disfrutar del debido proceso y de igual protección de las leyes. Sin embargo, decenas de miles de afroamericanos fueron encarcelados y privados de sus derechos -convertidos en ciudadanos de segunda clase- porque se les negó este derecho, estimó.
En un informe publicado el 27 de abril de 2021, la Comisión Internacional de Investigación sobre la Violencia Policial Racista Sistemática contra los Afrodescendientes en Estados Unidos concluyó que el asesinato sistemático de negros por la policía constituye un «caso prima facie de crímenes contra la humanidad».
El verdadero problema, juzgó, es el racismo estructural que está arraigado en la policía y en el sistema judicial de Estados Unidos.
En Estados Unidos, la desigualdad de trato por motivos de raza persiste en todos los niveles del sistema de justicia penal, desde los delitos menores hasta las ejecuciones, estiman analistas.
Según un informe del Centro Brennan para la Justicia de 2020, el 35 por ciento de los afroamericanos fueron encarcelados, aunque sólo constituyen el 13 por ciento de la población.
Un año después de la muerte de Floyd, las familias de 165 víctimas de la brutalidad policial solicitaron al comisionado de la ONU para los Derechos Humanos que investigue la violencia policial contra los negros estadounidenses.
Esto ocurre cuando más personas en el país estiman que hay cuentas por saldar con esta minoría y no son pocos los que esperan que se exija a Estados Unidos el mismo nivel de derechos humanos que a otros países, más cuando los incidentes de brutalidad policial y el asesinato de ciudadanos negros se volvieron demasiado frecuentes.