Roma, 8 jul (Prensa Latina) Tras 12 meses de incrementos sostenidos, los precios mundiales de los productos alimenticios descendieron un 2,5 por ciento en junio respecto a mayo, según el informe mensual de la FAO.
El reporte mensual sobre índice de cotización de productos de la canasta básica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, precisa que pese a ese descenso aún los precios están un 33,9 por ciento por encima de su nivel en el mismo período de 2020.
El texto destaca que el descenso constituyó la primera caída del índice tras 12 aumentos mensuales consecutivos, y ello obedeció al descenso de los precios de los aceites vegetales, los cereales y, en menor medida, los productos lácteos, que compensaron con creces el aumento general de las cotizaciones de la carne y el azúcar.
Los precios de los cereales descendieron un 2,6 por ciento en junio en comparación con mayo, mes en que escaló a su nivel más elevado desde enero de 2013.
Los aceites vegetales con un 9,8 por ciento marcó el nivel más bajo en cuatro meses, señala el informe de FAO y destaca que esa «importante caída intermensual refleja principalmente el descenso de los precios de los aceites de palma, soja y girasol».
También la cotización de los productos lácteos de la FAO redujo su índice en uno por ciento menos comparado con mayo, poniendo fin a 12 meses de aumento ininterrumpido, nivel que ubicó el valor del índice un 22 por ciento por encima del registrado en igual mes de 2020.
En cambio, los precios de la carne subieron un 2,1 por ciento más del valor revisado de mayo, que representa el noveno mes consecutivo de alza y un índice 15,6 por ciento mayor al cuantificado en junio del año anterior.
El alza en las cotizaciones de todos los tipos de carne representados en el índice, respondió fundamentalmente a la firme demanda mundial de importaciones.
El azúcar apenas subió un 0,9 por ciento en junio más que en mayo, el tercer aumento mensual consecutivo y un nuevo máximo de varios años.
Entre otros factores ello obedece, destaca el informe, a la incertidumbre sobre las repercusiones de las condiciones atmosféricas desfavorables en el rendimiento de los cultivos en Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo.