Naciones Unidas, 5 sep (Prensa Latina) La lucha mundial contra el hambre sufre hoy tremendo revés como resultado de la pandemia de Covid-19 y ahora urge evitar una crisis global de inseguridad alimentaria, afirmó el secretario general de ONU, António Guterres.
Por medio de su cuenta oficial en Twitter, el titular señaló que en un planeta con comida suficiente para todos, existe la amenaza de una gran hambruna y solo juntos es posible enfrentar el problema.
Más de 800 millones de personas en el orbe estaban desnutridas en 2020, lo cual representa una de cada 10, según datos de Naciones Unidas compartidos por Guterres en esa plataforma de microblogging.
Aunque la ONU sigue trabajando con los países para erradicar el hambre de cara a 2030, la pandemia es un gran revés para lograr este objetivo, de acuerdo con recientes estudios.
El más reciente reporte del organismo multilateral sobre seguridad alimentaria y nutrición advierte que el hambre se disparó en medio de la pandemia y la escasez de alimentos dejó a alrededor del 10 por ciento de la población mundial desnutrida.
Según el informe presentado en julio pasado, la crisis del hambre empeoró de forma dramática debido a la crisis sanitaria.
Actualmente, detalla el documento, más de la mitad de todas las personas desnutridas viven en Asia, pero el aumento más pronunciado del hambre se registró en África.
De 720 a 811 millones de personas padecieron hambre en 2020 y ahora es necesario transformar los sistemas agroalimentarios para que todos tengan acceso a los alimentos, resalta la investigación.
El informe «El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo», compilado cada año por una serie de agencias de ONU, señala que el hambre ya había comenzado a subir lentamente de 2010 a 2015.
Pero el año pasado, «el hambre se disparó tanto en términos absolutos como proporcionales, superando el crecimiento de la población».
Varios elementos condujeron a esto, indica el texto, incluidos los conflictos y las crisis climáticas, así como la baja productividad y las cadenas de suministro de alimentos ineficientes que elevaron el costo de los alimentos.
Asimismo, destaca que el factor agravante fue la pandemia de Covid-19, que paralizó las economías de muchas naciones y tiene actualmente un impacto mayor en los países más vulnerables, especialmente en Asia y África.
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