Washington, 22 sep (Prensa Latina) El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió hoy a otros líderes mundiales, farmacéuticas, filántropos y organizaciones sociales que se unan para crear un consenso en torno a un plan de lucha contra la crisis del coronavirus.
Tenemos que ir a lo grande, dijo desde la Casa Blanca el mandatario durante la apertura de una cumbre virtual sobre la Covid-19, que ocurre en paralelo a la reunión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
En la cita, Biden enumeró como retos urgentes inmunizar al mundo contra la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 y resolver la crisis de oxígeno, mientras anunció que donará 500 millones de vacunas de Pfizer-BioNTech a países de bajos ingresos a partir de enero de 2022.
El presidente también anunció una nueva asociación con la Unión Europea para ampliar el acceso a los inmunizantes.
Activistas afirman que el plan de donaciones no es lo suficientemente rápido como para cumplir los objetivos de la Organización Mundial de la Salud de aumentar la cobertura de las vacunas en los países más pobres.
De los mil 100 millones de dosis que Washington se comprometió a donar este año, sólo se espera que envíe 300 millones.
Durante su discurso en la cumbre, el demócrata anunció como compromisos de Estados Unidos mejorar la detección, el seguimiento y la mitigación de las nuevas variantes, catalizar el liderazgo político y crear mecanismos para prevenir futuras crisis biológicas.
Pero de acuerdo con la publicación The New York Times, será difícil convertir las palabras de Biden en realidad ya que menos del 10 por ciento de la población de los países pobres -y menos del cuatro por ciento de la población africana- se vacunó completamente contra la enfermedad.
Esta cumbre necesita tener dimensiones históricas, pero no será el caso debido a que no producirá la respuesta transformadora necesaria para acabar con la pandemia, explicó el director de acceso a los medicamentos de la organización Public Citizen, Peter Maybarduk.
Asistieron a la cumbre el secretario general de la ONU, António Guterres; el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y el primer ministro británico, Boris Johnson, entre otros invitados.
La cita ocurre en medio de reclamos de los países del mundo en la ONU para que la Casa Blanca deje de aplicar sanciones unilaterales sobre otras naciones, como Cuba, Venezuela, Nicaragua e Irán, las que obstaculizan su lucha contra la pandemia.